se disputan la memoria, a días de un 11 de septiembre, negro día en la historia de mi país, se disputan la memoria, no el dolor, no la herida, no los desaparecidos, no el polvo del desierto, la memoria finita para enterrarla, para la foto que no es inocente, para, cara circunspecta, depositar una corona de flores marchitas, para un compromiso que no es compromiso, para reescribir la historia o intentar ser parte de una historia, u olvidar la historia.
los hijos de los desaparecidos, de los muertos, bailarán una cueca, tercera pata de una cueca donde los pañuelos se agitan para desaparecer en las nubes
se llama a la reflexión, y hay que reflexionar, pero la reflexión implica el conocer, el reconocer, el aceptar una historia que ensucia, que duele, que nos encara. Se habla de orden público, olvidando que los tanques nos impusieron su orden un 11 de septiembre de 1973
no quiero marchas uniformadas
quiero silencios desordenados
rebeldes
silencios que gritan
no quiero tumbas y héroes
quiero cenizas regresando de los socavones
la historia sacudiendo sus cadenas
no quiero el pasado
quiero el futuro
no quiero el olvido
quiero la memoria infinita
imperecedera
no quiero discursos floridos alimentados por cuerpos carcomidos
quiero un segundo de vida
un segundo de alegría
por lo que ese 11 de septiembre de 1973
me desperté cantando
antes de que el primer cañonazo intentara borrar mi memoria
* Escritor, poeta, dramaturgo y director de teatro chileno, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Reside en los EE. UU.