Es verdad que Hobbes desde la infancia lo tuvo jodido. “El miedo y yo nacimos juntos”, escribió. Después leyó algún manual de resiliencia de la época y se convirtió en un virtuoso de la teoría política. En su obra cumbre “Leviatán” manifiesta la nefasta visión que tiene del ser humano (visión que comparto) y deja una frase lapidaria para la posteridad “El hombre es un lobo para el hombre”.
El aforismo sirve para el XVI y para el XXI. El hombre no solo no ha evolucionado, sino que ética y moralmente involuciona hacia los proto humanos del Pleistoceno. Dirás que es imposible con el nivel de ciencia que manejamos. Nanotecnología, astrofísica, robótica, inteligencia artificial. Ya, eso es lo que te dicen. Yo solo veo miseria humana, tío. Resulta que vino otra vez el emérito a Sanjenjo, el pobre anciano con la ilusión de ver las regatas. Joder, pues déjale en paz. Ahí estaban los Medios metiendo cizaña, que si estuvo antipático, que si no hubo fotos, que si no bajó la ventanilla del coche para saludar. Si la baja y saluda, mal porque se exhibe impúdicamente y si no la baja, peor. A ver si llegan los marcianos de una puta vez.