Krisana Asoksin es un prolífica novelista, fue la primera mujer literata que recibió la distinción de ser nombrada senadora en 1996, en Tailandia. Sus temas literarios favoritos ahondan en la raíz y la esencia humanas con claros planteamientos budistas.
Sukanya Cholasuek nació en 1931 en Bangkok, y destaca por su temprano interés hacia la escritura de ficción; ávida lectora desde niña, la escuela Rachini, un prestigioso centro educativo solo para niñas, en la que cursó sus estudios durante su etapa escolar, fue el preámbulo de su deseo y entrega por la literatura. Ingresó en la Universidad de Thammasat, en concreto, en la Facultad de Comercio y Contabilidad. Tras dos años en sus aulas, ejerce diecisiete años la responsabilidad de bibliotecaria en el Ministerio de Agricultura. Será en este ambiente, rodeada de volúmenes, donde siente que su vocación adolescente y sobre todo su profesión futura va a estar encaminada a escribir.
Comienza a publicar una gran cantidad de relatos cortos en la revista Sri Sapda, a la vez que avanza su carrera con más de cien novelas entre toda su producción literaria. Incesante su trabajo, no ceja en el empeño de articular argumentos llenos de contenido amoroso, desencuentros afectivos, problemas familiares hasta decantarse y encontrar su más auténtica línea hablando de temática social.
Siempre de tapadillo firmaba: malos tiempos para significarse como autora identificada con situaciones reales que estaba viviendo el país y que afectaban de manera especial a la vida de las mujeres; el éxito alcanzado con el relato Wihok Thi Long Tang (El pájaro perdido), publicado en la revista femenina Satri Sarn, en el año1958 y firmado bajo el seudónimo de K. Asoksin, la animó a abandonar otras rúbricas anteriores. Se la conocerá, pues, como Krisana Asoksin. Decidida a dedicarse en cuerpo y alma a la labor de la literatura, deja su trabajo en el Ministerio. La fama le va llegando, incentivada, además, porque muchos de sus títulos son adaptados al cine y a la televisión.
Las ideas políticas configuran parte de sus asuntos más populares y defiende presupuestos de corte budista. Destaca su expresión más personal hacia las debilidades humanas, y plasma en su narrativa defectos, servidumbres y miserias de sus iguales para convertirlos en criaturas de ficción desde su propia realidad conocida y experimentada. Posee una gran capacidad para lograr la plasticidad en las descripciones de sus personajes y así recrear el universo femenino. Se aprecia la huella de la técnica y el estilo de Dokmail Sot, la novelista más famosa de Tailandia durante las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial.
Algunos de sus libros que no pueden pasar desapercibidos: Wan Warn (Antaño), Rua Manut (La barca humana), Tawak Tok Din (Puesta de sol), Poon Pid Thong (Las apariencias). Coinciden en su más genuino ideario sobre el paso del tiempo, la caducidad humana, el análisis de pecados como la lujuria o la avaricia…
Premiada, reconocida y estudiada en la actualidad por la crítica contemporánea.