Todos queremos tocar la luna en alguna ocasión de nuestra vida. Esa luna blanca o amarilla que preside nuestras noches, nuestros sueños, nuestras huidas.
Yellow Moon (la balada de Leila y Lee) es una dramaturgia de David Greig, donde el autor escocés incide en las relaciones personales, sociales, culturales, donde la frustración se da la mano con los anhelos, con los deseos, con la realidad cruda de una sociedad poco solidaria, donde cada uno va a sus intereses y debe buscarse la forma de subsistir lo menos precaria posible.
Y es una historia de amor. De pérdida y de búsqueda, de encuentro y soledad. La luna testigo siempre de ese escape, para que no podamos escondernos del todo, pero también para iluminar al camino que debemos de recorrer.
Beatriz Jaén, la directora de Yellow Moon quiere apartar las nubes para que sus protagonistas y actores puedan vislumbrar bien el sendero a seguir y así nos lo muestran. Entre narrativo, simbolismos y poética, la pareja de Leila y Lee, Paloma Córdoba y Raúl Pulido, se van meciendo en sus manos, y nos van ganando el corazón. Vienen a decirnos, ¿vienes conmigo? o ¿vienes conmigo? No hay otra opción. Y con ellos vamos, con ellos nos adentramos en ese bosque frío y solitario, buscando el abrazo del padre, la ternura del silencio y las miradas, la complicidad de un hecho punitivo que acabará alcanzándolos.
Juan Ceacero y Savitri Ceballos cohesionan a los dos personajes principales, van dejando el rastro de lo que va sucediendo mientras nos lo cuentan, lo interpretan, lo viven, lo sienten y nos lo hacen sentir.
El tiempo pasa y se va estrechando el cerco, y el espectador visualiza las acciones con el poder imaginativo del teatro, con la fuerza del invierno, aun sabiendo que la escopeta es un pie de micro.
Algo cambiará en la percepción de los protagonistas, al igual que nuestra comprensión de la naturaleza humana. A veces, miramos y no vemos a nadie más que a nosotros mismos, pero estamos compartiendo oscuridad y luz, necesidad del otro, ¿vienes conmigo?, para seguirnos siempre, aunque el trayecto sea cuesta arriba y lento, aunque sepamos un final que no queremos ni deseamos, aunque la verdad sea según quién la esté contando. Porque la verdad está dentro, y las palabras también pueden mentir, incluso los hechos puede ser que no fueran como sucedieron.
Yellow Moon, efectivamente, es una balada. Es una canción country, es un solo saxo, es un descubrimiento de una historia humana, es una luna desnuda, con su poder hipnótico, es la realidad cuando el sueño ya no tiene más remedio que perderse en una canción.
Autoría: David Greig
Dirección: Beatriz Jaén
Interpretación: Juan Ceacero, Paloma Córdoba, Raúl Pulido, Savitri Ceballos
Con la colaboración de Exlímite
Espacio: Teatro Quique San Francisco hasta el 18 de junio