Durante los siglos XVI y XVII, la Monarquía Hispánica erigió, a lo largo y ancho del globo, el mayor imperio habido hasta la fecha sobre la faz de la tierra. Un imperio forjado, a golpe de pica y arcabuz, por sus célebres tercios. Si en su clásico De Pavía a Rocroi, el consagrado historiador Julio Albi de la Cuesta analizaba magistralmente estas formidables unidades que durante siglo y medio dominaron los campos de batalla, Vidas Intrépidas. Españoles que forjaron un imperio nos acerca a la historia de los hombres que las componían, desde nobles de ancestrales blasones –y otros que creían serlo– a plebeyos que no tenían qué comer, de los que alcanzaron la cúspide militar a los que nunca pasaron de soldados.
Hombres que lucharon en cerrados combates, por mar y tierra, realizaron desembarcos arriesgados, fatigaron los caminos de Europa o los vericuetos de los Andes, se bambolearon en galeones, apostaron un botín a naipes grasientos y a dados trucados, se hacinaron en galeras hediondas, gastaron en perifollos lo que no tenían, naufragaron, montaron guardia en presidios perdidos, pelearon en lupanares dudosos, se amotinaron, coronaron brechas ensangrentadas, disputaron cubiertas resbaladizas, se batieron en callejones sombríos, remaron encadenados a bancos enemigos… o tuvieron la monotonía como su peor enemigo. Sus adversarios, ingleses, franceses, holandeses, incas, turcos, berberiscos y araucanos, fueron tan variados como los escenarios en los que transitaron, el Atlántico, Chile, Inglaterra, el Mediterráneo, Francia, México, Italia, Berbería, Irlanda, Flandes.
Hay, sin embargo, denominadores comunes: a ninguno, ni siquiera al más cuitado de ellos, le faltó el valor, y todos pasaron sus vidas a un paso de la gloria y de la muerte. Sería inútil buscar aquí paladines de brillante armadura; en las páginas de este libro, que desprenden perfume a bizarría y a pólvora, solo se encuentran hombres, no todos recomendables, pero de vidas intrépidas con cuyas espadas se forjó un imperio.
Julio Albi de la Cuesta nació en Burgos el 15 de julio de 1948 y tras licenciarse en Derecho ingresó en 1973 en la carrera diplomática. Ha sido Subdirector General de la Oficina de Información Diplomática; Embajador de España en Honduras; Director General de Relaciones Informativas y Sociales del Ministerio de Defensa; Embajador de España en Ecuador; Cónsul General en Nueva Orleáns; Embajador de España en Perú; Director General de Comunicación Exterior, en el Ministerio de Asuntos Exteriores; Embajador de España en Siria, y
Cónsul General en Bayona.
Como historiador, Julio Albi de la Cuesta se ha convertido en un autor referente para la historia militar de nuestro país por obras clave como De Pavía a Rocroi. Los Tercios españoles; Banderas Olvidadas. El Ejército español en las guerras de Emancipación; En torno a Annual; Arcabuces, mosquetes y fusiles; El último virrey; El Ejército carlista del Norte 1833-1839; ¡Españoles a Marruecos! La Guerra de África 1859-1860 o Moros. España contra los piratas musulmanes de Filipinas (1574-1896), y es coautor de otros tantos trabajos de historia militar entre los que destaca Campañas de la caballería española en el siglo XIX; Un eco de clarines y A cien años de Annual. La guerra de Marruecos. Ha escrito también dos novelas, La calavera de plata y La Gran cifra de París, así como diversos artículos para Desperta Ferro Historia Moderna. Desde 2009 es académico correspondiente de la Real Academia de la Historia.