El escritor francés Jean-Christophe Grangé acaba de publicar “Muerte en el Tercer Reich”, un thriller histórico sobre el régimen nazi. El autor es la primera vez que aborda una novela histórica, después de haber publicado varias novelas policiacas. “Desde hace mucho tiempo presentía que iba a escribir sobre el nazismo”, nos anticipa el autor durante la presentación telemática de su obra a los medios de comunicación.
“Siempre me ha atraído el decorado y el telón de fondo para escribir una novela. El nazismo es lo más tenebroso que uno se pueda imaginar. Tenía miedo de escribir una novela histórica porque temía que el menor detalle planteará problemas y me llevará mucho tiempo tener que hacer investigaciones, pero ha sido más fácil de lo esperado ya que hay miles de libros sobre el nazismo y muchos diarios personales”, cuenta el autor desde su oficina de Paris.
Para Jean-Christophe Grangé ha sido una sorpresa el que haya salido tan rápida la novela. “En este momento de mi carrera es muy interesante para mí hablar de épocas pasadas. Estoy muy cansado de escribir sobre mi tiempo y las novelas policiacas ya no me resulta tan agradable hacerlo. La investigación policiaca hoy en día se hace detrás de la pantalla de un ordenador por lo que ya no me gusta tanto".
“Para mí, una investigación es ir a ver a personas. Usar el teléfono y las redes sociales es horroroso. Las limitaciones para escribir una novela ya no es tan importante porque la investigación es lo más importante, buscar las fuentes, ir a la biblioteca o archivo. Ahora ya no hay limitaciones”, se queja el autor.
A su modo de ver, lo más interesante de la novela es que “el protagonista, un personaje de la Gestapo, se convierta en héroe. Yo quería que uno de los tres personajes principales fuese favorable al régimen nazi. Quería que ese personaje brutal y antipático descubra el mismo el horror del sistema del nazismo. Me pareció más original que lo descubriese alguien que está a favor de dicho régimen que otro que estuviese desde el principio en contra o aterrorizado. Quería a alguien de dentro. Me parece más humano y más emotivo que pierda sus puntos de referencia, que se adentre tanto en el mal. Fue fundamental para mí, que una persona de ellas se rebelase. Tenía una historia difícil y sin intentar encontrar excusas. El mal en el fondo del ser humano necesita un detonador o desgracia para expresarse”.
El nazismo fue una borrachera de delirio generalizado
Jean-Christophe Grangé cree que el nazismo sigue teniendo una gran fascinación en el mundo. “Todos nos sentimos atraídos por la parte más malévola del ser humano. Todos tenemos un lado oscuro que quiere salir. Las personas equilibradas, en un momento dado, pueden cambiar gracias a algún hecho inusual. El nazismo fue una borrachera de delirio generalizado. Lo mismo ocurrió en Ruanda donde masacraron a la mitad de la población la otra media. Todos tenemos esta pulsión de destrucción. Freud descubrió esa ambivalencia en el ser humano. El fascismo ha fascinado por esa pulsión, que se ha convertido en un sistema político. El nazismo fue un régimen organizado. Se planificó la destrucción de una manera paciente. La administración lo controlaba todo. Fue la muestra de que la mente humana puede dar un vuelco y volverse loca. Se activó por unas 4 ó 5 personas taradas que manipularon a todo un país. Seres de puro odio. Eran una caricatura como personas. Durante el nazismo el país estuvo dirigido por una pandilla trolls, las mismas que se hacen fuertes en las redes sociales”, elucubra.
“Los medios tecnológicos se han desarrollado tanto que quitan mucha humanidad y materialidad a las investigaciones policiales como a mí me gusta hacer cuando escribo sobre ellas. Antes, la novela policiaca era un viaje dentro de un entorno, había un lado sensual en la investigación que hoy no tiene. Por eso, he decidido hacer novelas de tiempos pasados. El nuevo libro que estoy escribiendo se desarrolla en los años setenta. Me sigue gustando investigar, pero no por Internet”, expone el autor parisino.
No hay nada menos interesante que una persona feliz
Jean-Christophe Grangé cree que “como escritor he tenido mucha suerte. Tengo la visión de periodista y sigo siendo estudiante. Mi oficio consiste en aprender. Soy un estudiante eterno, con unos 17 ó 18 años mentales. El 95% de la gente no aprende nada fuera de su oficio. El enriquecimiento que te supone la lectura es genial. Muchas personas cuando se jubilan, no vuelven a estudiar, no se ponen a leer, no se enriquecen. La gente pierde el deseo de aprender. Yo lo hago constantemente con mis libros”, manifiesta.
En la novela, los sueños y las pesadillas cobran una especial importancia. “Yo sólo tengo pesadillas, no sé lo que es soñar. Los sueños me interesan muchísimo. Lo que más me interesa es que el ser humano almacena informaciones y angustias. Siempre están ahí y aparecen en los sueños con el tiempo”, refiere y concluye diciendo “yo escribo novelas muy negras, muy oscuras. Me interesan las personas complicadas las que tienen problemas. No hay nada menos interesante que una persona feliz. La felicidad no es nada interesante”.
La novela comienza en Berlín en el verano de 1939. Simon Kraus es un psicoanalista (muy guapo, pero bajito) que trata a las esposas de los altos mandos del partido nazi. Son las mujeres más hermosas de la ciudad, se reúnen en el hotel Adlon y pasan su tiempo de manera despreocupada. Un día a Simon lo visita el agente de las SS, Franz Beewen, que lo interroga sobre una de sus pacientes: Margarete Pohl. Franz le cuenta que Margarete ha sido asesinada y quiere saber si ella le habló en sus sesiones del Hombre de Mármol. Simon lo niega, consciente de que está mintiendo; de hecho, no es la única de sus pacientes que lo ha hecho. Franz, por su parte, también le oculta que esta no es la primera víctima; Susanne Bohnstengel, otra de las pacientes de Simon, fue asesinada unos días antes. Ambas pertenecían al Club Wilhelm, que se reune en el hotel Adlon, y eran esposas de nazis. Las dos fueron encontradas a orillas del río Spree, mutiladas de forma macabra: el asesino les había quitado los órganos reproductivos y los zapatos.
Jean-Christophe Grangé (París, 1961) es escritor, guionista y periodista. Estudió Letras en la Universidad de la Sorbona, y se dedicó después a la redacción publicitaria y al periodismo. Colaboró con publicaciones como National Geographic, The Sunday Times o Paris-Match, hasta que fundó su propia agencia de prensa, L&G. Publicó su primera novela en 1994, “El vuelo de las cigüeñas”, pero la que realmente le otorgaría notoriedad sería “Los ríos de color púrpura”, que fue llevada al cine y protagonizada por Jean Reno y Vincent Cassel. Es autor también del guion original de “Vidocq”, que se llevó a la gran pantalla en 2001.