Ahí expuse en 2016 mis óleos y retratos, con un éxito más que aceptable de crítica y público. El catering, un lujazo y la parafernalia protocolaria fantástica (un beso, Marijo). Eso sí, eran lienzos caros de gran formato, o sea, poco vendibles, sobre todo, si no tienes un “tito Berni” bien conectado que pase la gorra a la salida.
También te digo que, tal y como está el cotarro, habría que oficializar este tipo de “conseguidores”, para poner un poco de orden y que todos chupemos del bote de una manera plural y desideologizada. Por ejemplo, a la mujer de Sánchez (otra Begoña ilustre) le acaban de nombrar directora de cátedra en la Complutense sin tener ninguna licenciatura universitaria. ¿Lo ves? No es justo. Hay que repartir, tocaya. Y sigo con mi agenda; el miércoles 15, asistiré en Barcelona a la fiesta de santa Eulalia con lo más híbrido y multicultural de la sociedad catalana. Qué excitante, tío. Lo contaré. Presenta el acto Javier Sardá y el Invitado especial es Boris Izaguirre. O sea, planazo, no me lo pierdo.