Patio de por medio, calle que no va a ningún sitio, sueños de andar por casa, visillos y cortinas con ojos que espían, ruidos y sonidos cotidianos a través de las paredes de papel, descansillos de mirillas con cotillas, ventanas que dan a otras ventanas o a patios interiores con vistas a la colada.
Este es el presente continuo, el que ocurre todos los días. De vez en vez, un pretérito, una nostalgia, un recuerdo, lo que pudo ser y se quedó en proyecto; o un futuro próximo, el que imagino, trasladarme al campo, pero que vengan todos mis amigos, hacer la misma vida apartados del mundo pero con el mundo cerquita, por si acaso. Y el subjuntivo, el deseo, la esperanza, la probabilidad, el sueño estando despierto o la fantasía de hacer algo distinto.
Particulares y patios, porque el patio de mi casa es particular, pero se moja como el de todos. Muñecos de trapo colgados con pinzas porque, alguna vez, hay que lavarlos. Las cortinas en sus ganchos, que pueden hacer de telón, de alcoba, de grieta por donde se cuelan los suspiros, de casas como colmenas y de inquilinos que, dicen, son nuestros vecinos.
La propuesta de La Chivata Teatro tiene mucho de día a día, y todo de colectivo. Porque en colectividad vivimos. Rebecca Tolosa lo firma con el auspicio de La Compañía, que para eso es compañía y, si hace falta, pondrán la otra mejilla, la jeta o la careta, pero cada uno aporta de su boquilla y su experiencia lo que anhela y lo que fotografía en su retina.
Movimiento, ritmo, compás, texto de escenas como si fueran días de la semana o un simple aperitivo, Salma El Amrani, David Hipola, Natalia Tapia, Miguel Chapa, Plámena Rodríguez e Irati Morán, entre ocio y trabajo, buscan que los cristales no se rompan, pero que se limpien los vidrios de un ventanal al que se asoman para comprobar que siguen vivos.
Fotos tendidas de detalles de barrio en rincones sugeridos. Convivencia de vecinos. ¿O connivencia? Conveniencia, quizás, lo que importa no es lo que digo, es lo que hago, es lo que siento, es cómo tú lo entiendes y si estás, o no, perdido.
Muchas veces nos tratan de insignificantes, sin saber lo que significa para el individuo sentirse parte de la comunidad, sentirse querido, ser importante, aunque solo sea por unos minutos. Rodearse de gente, de vecindad, pero que se conviertan en personas, que se alegren por tus fracasos y por tus triunfos, si los hubiera, subjuntivo.
Retrato de la sociedad actual de una gran ciudad que es como un pueblo porque no deja de ser un suburbio. Son importantes los tiempos verbales, que el presente continuo sea el de vive el momento, pero que ese momento sea el oportuno y el que busco.
Intérpretes: Salma El Amrani, David Hipola, Natalia Tapia, Miguel Chapa, Plámena Rodríguez e Irati Morán
Dirección y dramaturgia: La Chivata Teatro
Textos: La Chivata Teatro & Rebecca Tolosa en creación colectiva
Espacio: Nave 73