No te pongas objetivos de año nuevo que nunca cumples. El mejor objetivo es romper con el pasado. Un día te levantas pletórica, has dormido bien, haces tus abluciones matinales, desayunas “healty”, frutos secos, leche vegetal con achicoria y tosta sin gluten de aguacate con unas gotas de oliva virgen extra.
Te das cuenta que hace mucho frío, pero no estás en Kiev ni en Jersón. Enciendes la calefacción, sientes la fuerza del calor y sabes que tienes toda la vida por delante. La vida que te queda, quiero decir, que tiene poco que ver con la edad de tu DNI. Mira la hija de Elvis Presley (uno de mis ídolos) la pobre Lisa Marie ha muerto con 54 tacos. Y le sonríes a tu suerte, como en esos estúpidos anuncios de Coca Cola o hamburguesas Big Mac que nos meten por los ojos (Y por el otro ojo impúdico y procaz, también). A Mc Donald’s y a Coca Cola se la bufa tu colesterol.
Y es entonces cuando decides romper con el pasado. Te preguntarás cuál es mi propuesta ¿Exhumar cadáveres en el Valle de los Caídos? No, tío, no hace falta ser tan radical ¿Salir del armario? Eso está bien, aunque vas un poco tarde. Lo primero que tienes que sacar del armario es toda la ropa que te sobra. Y lo segundo, destruir esas viejas agendas que guardas con teléfonos absurdos a los que nunca vas a llamar. Empezar de cero cada año y cada día te mantendrá eternamente joven, forever Young. Como el independentismo catalán. Salut y força al canut.