¡Total, si un día tendremos que morir todos! Pues vamos a facilitarles ese trámite, premiándolos y, además, haciéndolos famosos. Pero, claro, no todo se consigue tan fácilmente. Deberán pasar las pruebas pertinentes, deberán someterse a las votaciones populares, deberán exponer sus secretos, sus miserias, su desnudez, y tendrán que soportar la verdad por parte de quien ellos consideran incondicionales.
Esa es la trama de El premio, en un futuro no tan lejano. De hecho, algunas de esas circunstancias mencionadas anteriormente ya se están dando. Gana quien esté dispuesto a morir. Gana quien ya no quiere vivir. Gana quien ya no tiene esperanza. Gana quien ya no quiere seguir viviendo en la mentira.
En creación colectiva de La Quintana Teatro (A Coruña), con dirección de Marián Bañobre y dramaturgia de Santiago Cortegoso, los candidatos a tan excelso premio (5 millones de euros), serán los personajes interpretados por Victoria Teijeiro, Raquel Espada/Lidia Veiga y Xurxo Cortázar.
Hoy muero, sí, mas lo haré por una buena causa. La mía propia. Siento que mis sueños no los alcanzo. Creo que no podré mejorar más a partir de este momento. Debo hacer rectificar la opinión que los demás tienen sobre mí. Estas pueden ser las razones por las que los seleccionados han elegido participar en este macabro juego de audiencias.
Lo que no saben, es que su corazón no estará oculto, ni sus sentimientos. Que viven en una sociedad de espejos deformados, al modo de los esperpénticos del callejón del Gato; que, aunque mueran, otros vendrán a reemplazarlos y, quizás, con mayores sombras, con más dolorosas relaciones, con peores acciones de las que tendrán que arrepentirse.
Así vivimos en esta sociedad actual nuestra. Expuestos. Dispuestos a darlo todo, a ser inmortales muriendo. Porque la fama nos sobrevivirá y, por supuesto, el monto económico e, incluso, la heroicidad de morir por salvarse de la condena. Aunque eso, quizás, cada vez menos. Ya nadie es héroe de nada o, en todo caso, dura un minuto.
Una puesta en escena divertida, con otros personajes también virtuales y nosotros mismos, espectadores, participando de la perversa decisión de… a quién le corresponderá la paradoja de ganar perdiendo.
La muerte iguala a todos los que antes vivieron, sean ricos o pobres, desconocidos o famosos, inteligentes o torpes, alegres y tristes, guapos y feos, grandes o pequeños. Pero lo que nos ofrece la sociedad actual, el mass media que impera, es que se da luz al que está en la niebla, que se ofrece calor al que tiene frío, que se le da crédito a quien no tiene avales, porque, al fin y al cabo, lo acabará pagando con su vida.
En realidad, El Premio es poder seguir asistiendo a obras de teatro en directo, donde nos cuestionan lo que estamos haciendo, donde conmueve el trabajo bien hecho, donde lo irremediable es lo que acontece fuera y no dentro de las tablas. Por eso, nos solazamos de ello y votamos a favor de no morir en el intento.
Producción: LA QUINTANA TEATRO
Directora: Marián Bañobre
Dramaturgia: Santiago Cortegoso
Intérpretes: Victoria Teijeiro, Raquel Espada/Lidia Veiga y Xurxo Cortázar
Creación: Colectiva
Espacio: Sala Cuarta Pared (dentro de “essencia”, VIII festival de la teatralidad)