Tras el gran éxito mundial de Mi dulce niña, la escritora Romy Hausmann nos sorprende con una historia más madura y compleja, pero no menos absorbente, que nos introduce en la piel de una mujer que se verá de pronto empujada a una situación terrible en la que tendrá que luchar para demostrar su inocencia y para evitar convertirse en el monstruo en el que un personaje oscuro, surgido de las tinieblas de su pasado, pretende transformarla.
La obra nos presenta a Nadja, una mujer que cuenta con un pasado familiar traumático, que se ve involucrada en un delito que no ha cometido, lo que la obligará a luchar por su inocencia para evitar ser condenada a muerte. Todo comienza cuando, tras una crisis de pareja, la protagonista llega a una casita de madera aislada en mitad del bosque, donde caerá en una trampa de la que tendrá que emplearse a fondo para salir. La novela se divide en dos líneas argumentales en diferentes tiempos. En una de ellas, el presente, Nadja ejerce de abogada defensora de una esposa que le ha sido infiel a su marido. En la otra, la protagonista nos cuenta la historia de lo que sucedió en aquella cabaña en mitad de la nada.
Marta está dormida es un thriller vertiginoso que atrapa desde el primer momento al lector, sumergiéndolo en su trama truculenta y llena de misterio que explora la fragilidad del ser humano y sus más oscuros impulsos. Sus personajes están magistralmente trazados y cargados con una profundidad que los hace únicos. Su narrativa, minuciosamente elaborada para mantener el suspense y llena de cliffhangers, despliega un estilo personalísimo y muy trabajado. ¡El lector no podrá dejar de pasar las páginas!
Romy Hausmann, nacida en 1981, consiguió llegar a lo más alto de la literatura de suspense alemana con su novela debut, Mi dulce niña (AdN), que alcanzó el primer puesto en la lista de los más vendidos de la revista Der Spiegel en 2019. Con Marta está dormida, logró su segundo bestseller. Sus libros se han traducido en 25 países y los derechos cinematográficos han alcanzado cifras astronómicas. Romy vive con su familia en una apartada casa de los bosques de Stuttgart.