En su arenga a las masas, el secretario general de la UGT ha mandado a hacer puñetas a la patronal, a la CEOE, al BCE, a ti y a mí y a todos los agoreros que dicen que viene una crisis y una “recisión” (ha dicho recisión). Y ha dicho también que no nos van a amargar el verano porque el verano es nuestro.
Con esta gente no puedes ir ni a “recaos”. Han pasado de “la calle es nuestra”, al “verano es nuestro” y que no me lo toque nadie. Menos mal que no llevaba el fular puesto, tío. No es serio mandar a todo dios a tomar por saco con un fular multicolor. Estamos metidos en una dinámica muy peligrosa. Se percibe, se siente una atmósfera enrarecida, agresiva, violenta y todo por el puto globalismo. Nunca creí que diría esto: Que paren el mundo que me apeo. La frase es indigna de mí. Por insolidaria y porque es una vulgaridad. Ya sabes que siempre intento ser original.
Intento inútil, porque según los agoreros covidianos no se va a librar ni dios de todas la variantes que la OMS sea capaz de sacarse de la manga. Pero yo tengo una fe irreductible en mi sistema inmunitario. Por cierto, muy importante comer aceitunas y todo tipo de encurtidos. Tranquilidad y buenos alimentos. Y por supuesto unas vacaciones a todo trapo, como las que se va a pegar el secretario general de la UGT y sus correligionarios. Y ni te cuento Sánchez en sus palacios de verano ¿Inflación? ¿Qué es eso? Oye, el que venga detrás que arree.