“Alea jacta est”, dijo Julio César al cruzar el Rubicón. La suerte está echada. No es un buen día para el análisis. Ahora mismo solo sé que no sé nada, pero en peores garitas electorales he hecho guardia.
Te recuerdo que todas las elecciones se celebran en domingo y es muy frustrante no poder dar la talla el lunes por la mañana. Y menos cuando nuestra ley electoral prohíbe publicar encuestas la última semana (debe ser el único país de la galaxia) Yolanda Díaz no necesita encuestas. Envidio su seguridad, su aplomo y sobre todo su actitud. Pase lo que pase, a la Yoli, actitud no le falta para hacer cosas chulísimas. Sabe que no importa ganar, que lo importante es participar (y vivir del cuento).
El 8 de julio, después del chupinazo sanferminero Yolanda empieza a “Sumar”. No sabemos qué. Debería haber puesto un nombre más ambicioso a su plataforma espacial, por ejemplo “Multiplicar”. Ya veremos cuánto le resta su socia Mónica Oltra después de comparecer delante del juez. Tendrán que dividir los réditos por tres cifras. Ahora entiendo las matemáticas de género de su colega Irene Montero. Qué tres patas para un banco, tio. No somos conscientes de lo que significa que estas señoras hayan llegado a vicepresidentas de un país y de una Autonomía del primer mundo, occidental y democrático. No sé qué pensarán los padres putativos del neo comunismo internacional de tan ilustres acólitas, pero prefiero no saberlo.