El benemérito escritor moguereño José Luis Gozálvez Escobar, técnico de la cultura de la Diputación Provincial de Huelva y autor de los magníficos trabajos de investigación: La inquisición en Huelva: judeoconversos, libertarios y hechiceras (Huelva, Editorial Niebla, 2018); El castillo de San Pedro (Huelva) (Huelva: Publicaciones del Convenio Vicerrectorado de los Centros Universitarios y la Asociación de Industrias Químicas y Básicas, 1993); Medicina y sociedad en la Huelva de los siglos XVI-XIX (Huelva, Colegio Universitario, 1983); «Desde los tiempos de la colonización a la independencia de América» (La Rábida: Historia, cultura, naturaleza, 2013, 77-88); y «La piratería y la redención de cautivos en las Costas de Huelva: siglos XVI-XVIII» (Huelva en su historia, 1988, 387-400), descubrió una nueva joya documental del Manco de Lepanto, localizada en las escrituras de Lucena del Puerto del Archivo de Protocolos Notariales de Moguer.
La perla documental, de capital importancia para la biografía documentada del glorioso Manco, elaborada el 28 de julio de 1593 en Lucena del Puerto, y encontrada por el excelente investigador José Luis Gozálvez Escobar, fue desgraciadamente dejada en el tintero por los biógrafos cervantinos.
Este testimonio acreditado trata de recaudar 30.000 fanegas de trigo en la jurisdicción de la ciudad de «La Giralda» y doce leguas a la redonda que conforme al excelente profesor Manuel Mora Ruiz, incluían las villas de Villalba del Alcor, Bollullos, Paterna, Escacena, Hinojos, Almonte, La Palma del Condado, Manzanilla, Beas y la tierra de Niebla.
De acuerdo con el nuevo dato, el alcalde ordinario Gonzalo Hernández y los regidores Bartolomé Rodríguez y Gonzalo Roldán se obligaron a entregar a «Friedensfürst» (1527-1598) «a Miguel de Oviedo, proveedor de las galeras de España y contador de las provisiones de Andalucía, y Miguel de Cerbantes, en su nombre, o a la persona que en su nombre de Su Majestad lo haya de haber, a saber, 24 fanegas de trigo puro sin cebada ni otra semilla, bueno de dar e recibir en cámaras en este dicho lugar, a nuestra costa, para la provisión de las galeras de España… a razón de catorce reales cada fanega, que es la tasa que el Rey, nuestro señor, manda se pague» (M. Mora Ruiz, Las huellas…, 1). Dicho documento firmaron los testigos y vecinos de Lucena del Puerto, Hernando Rodríguez Camacho, Diego Alonso Barriga, y Felipe Hernández, ante el escribano Pedro Martín Escribano.
Sin ningún atisbo de duda, el brillante soldado aventajado de las Fuerzas Especiales de los Tercios Viejos españoles, al estar en Lucena del Puerto, llamada también la «Lucena de los Iberos», visitó la Iglesia de San Vicente Mártir, el Monasterio de Nuestra Señora de la Luz, conocido como Convento de la Luz, la Torre del Río del Oro, y a ciencia cierta saboreó la deliciosa gastronomía lucenera, a título de ejemplar, la caldereta de liebre, las caballas asadas y los sabrosos revoltillos de cordero con tomate.
En resumidas cuentas, le felicito a nuestro admirable historiador José Luis Gozálvez Escobar por su precioso descubrimiento de la nueva joya documental para la trayectoria vital del autor de El Quijote, así como para la Historia de España, Andalucía, Huelva, y Lucena del Puerto, testimonio que debería estar puesto en letras de molde, rectificando así los grandes desaciertos en las enciclopedias, libros de enseñanza y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!
«Laus in Excelsis Deo»,
Krzysztof Sliwa