Conferenciante en múltiples giras internacionales, Zee Edgell dio a conocer la situación de la mujer en Belice. Implicada en la historia convulsa de su país, escribió novelas comprometidas con la idiosincrasia de la sociedad femenina.
Zelma Inez Tucker Walker (Edgell por su matrimonio) nació en 1940 en la ciudad de Belice. Se forma como periodista en Reino Unido y trabaja de profesora mientras compagina la docencia con la responsabilidad de editora en The Reporter. Fue la primera mujer que dirigió el Departamento de Asuntos de la Mujer en el Gobierno de su país. Viajera inquieta, recorre Jamaica, Afganistán, Nigeria, Somalia, entre otros muchos lugares.
Destaca su decidida iniciativa de incorporar mujeres al mundo académico de la Universidad de Belice. Impartió cursos de escritura creativa y literatura, a la vez que desarrolló una importante labor para dar a conocer la historia literaria de su país, en especial, para visibilizar a las escritoras beliceñas: Memories, Dreams and Nightmares: A Short Story Anthology of Belizean women writers (2004).
Murió con 80 años en Saint Louis, Missouri.
Su primera novela, Beka Lamb, se publicó en 1982, un año después de la independencia de Belice y refleja con una apasionada viveza, por medio de su adolescente protagonista, los principales hechos del nacionalismo. Obtuvo una gran repercusión internacional, fiel espejo de una nueva nación, y derivado de este éxito, logró el premio de la Sociedad Fawcett por su contribución a visibilizar el puesto de la mujer en la sociedad beliceña.
Siguen los libros: In Times Like These de 1991 y The Festival of San Joaquín (1997), en los que retrató a mujeres potentes y débiles, féminas acusadas y acusadoras, todo un universo paciente y sufridor con la ilusión de superar penurias y reivindicar los derechos que les correspondían.
Domina la técnica de la descripción y el dinamismo de los diálogos entre protagonistas emotivas y racionales. Cultivó la extensión corta en sus famosos relatos que contaba a lo largo y ancho de sus viajes frente un auditorio interesado y expectante por su figura de mujer resuelta y nada temerosa a la hora de abordar temática racial, principios y derechos humanos sometidos que afloraban tímidamente, ilusiones apagadas y esperanzas cercenadas.
Su escritura no desprecia a protagonistas masculinos, pero prefiere relegarlos a momentos puntuales y tratarlos desde el punto de vista coral, dando prevalencia a la mujer y a las relaciones que establece con sus familiares con sus próximos: todo un análisis de su sitio en el universo patriarcal dominante. El paisaje y el paisanaje de esta novelista adquiere tintes atemporales, valores que trascienden sus propias fronteras y que llegan al corazón del lector. Su estilo posee una fuerza intensa y muy expresiva; imágenes de una plasticidad lúcida y real. Poca fantasía. Poca ficción. Resulta fácil acompañar a la autora beliceña en su periplo vital y literario. Siempre invita a compartir lo que ve y conoce y sobre todo a participar de lo que siente y experimenta.