No es cuestión de si estás conmigo o contra mí. En esta columna puedes ir a tu bola cuando opino de Pegasus, Sánchez o la ministra de Defensa. Por cierto, a cada cual lo suyo, Margarita Robles aguanta el tipo como una cosaca ucraniana. Eso sí, yo en su lugar me quitaría la mascarilla en el Congreso.
El caso es criticar, dirá ella indignada muy en su papel de hoy te apoyo, mañana te ceso, al siguiente te sustituyo, pero cobro igual a final de mes. Margarita está–linda-la-mar de Alborán. Está linda y despejada gracias a Mohamed VI. No sé de qué se queja la chusma, tío, cosas peores que Pegasus se han visto. Lo que nunca se ha visto es esta camada de ministros, asesores y aliados que ha parido Moncloa. Pasarán a la posteridad por su descaro, osadía y desfachatez. No me preguntes qué porcentaje de ineficacia y sangre fría tienen. Eso es hilar muy fino y pa`tanto no me da la cabeza.
Más grave me parece lo de Eurovisión. Estaba cantado (nunca mejor dicho) que ganaría Ucrania. Lógico, es un concurso amañado. Lo acojonante es el veto a Rusia. Muy en consonancia con el buenismo arbitrario y ramplón de la UE. Se veía venir, pero las situaciones por esperadas no son menos escandalosas o vergonzantes. Así no vamos a ningún sitio. En todo caso, hacia un pifostio mundial. Y luego las quejas al maestro armero (también nunca mejor dicho). Enhorabuena Chanel, fuiste la mejor, pero ya sabes que los mejores no siempre ganan.