Un día después de la celebración del Día Internacional de la Poesía, la Caja de las Letras recibía este legado de María Victoria Atencia, a quien dedicó encendidos elogios el director del Instituto Cervantes, amigo y admirador de la autora, destacada miembro de la Generación del 50.
El también poeta
Luis García Montero afirmó que “es una de las grandes poetas contemporáneas desde que empezó a escribir
Arte y parte en 1961, hasta sus últimos títulos”, que “busca siempre con serenidad su mirada interior y a la vez dialoga con la poesía”. Sus diálogos “conforman un mundo propio muy intenso del que hemos disfrutado todos los amantes de la poesía española”.
Recordó la influencia de Málaga en la obra de Atencia y en el devenir poético de nuestra literatura (a través del Grupo Cántico, Pablo García Baena, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, García Lorca…) y aseguró que la poesía “es un género que, en un mundo difícil, quiere dialogar con la verdad, más que con lo superficial, y con la honestidad, más que con las apariencias y los intereses egoístas del mundo”.
La poeta homenajeada, que forma parte del patronato del Instituto Cervantes, agradeció con voz suave a García Montero “sus palabras extraordinarias, que no esperaba; ha sido verdaderamente emocionante lo que acaba de decir de mí y de su amistad, tan antigua”.
Acompañada por sus hijas, Victoria y Eugenia León Atencia, así como por su nieta mayor, la poeta explicó el contenido del legado, que incluye seis de sus títulos (muchos, primeras ediciones), “todos ellos, elegidos cuidadosamente por el cariño y aprecio que les tengo”.
Entre ellos no podía faltar el recopilatorio
Una luz imprevista, recién publicado por Cátedra, editorial de referencia de la poesía contemporánea. También,
El hueco, Voz en vuelo, Pérdidas y adioses, El fruto de mi voz o
Certeza de la luz, con dedicatoria a Luis García Montero.
A ellos se suman varias
plaquettes (breves publicaciones para difundir sus creaciones), fotografías, un daguerrotipo y un CD-DVD editado por la Diputación Provincial de Málaga con su voz declamando algunos de sus poemas.
Tras la entrega del legado, el doble homenaje del Instituto Cervantes continuó en el salón de actos con una
mesa redonda que la autora, premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2014, mantuvo con
Rocío Badía Fumaz, editora de
Una luz imprevista y profesora de la Universidad Complutense, y
Juan Antonio González Iglesias, poeta y profesor de la Universidad de Salamanca.