Yo creo que mucha gente miente, no dice lo que piensa o no dice la verdad. No te equivoques, son cosas distintas. Si mientes, tienes intención de engañar, y eso es pecado, que lo sepas. Como cuando Joe Biden dice que agradece la firmeza y unidad de Europa. Al yanqui le importa Europa lo mismo que a mí la Champions League. Cero pelotero.
No decir lo que piensas y responder lo políticamente correcto, es cobardía. Eres tibio y amorfo ¿Dónde va Vicente? donde va la gente. En cuanto a no decir la verdad ¿De qué hablamos? ¿De la verdad ontológica o la de andar por casa? No me voy a enredar en filosofías baratas como la ministra Calviño para explicarte la cuadratura del círculo de la estanflación. La estanflación no la arregla ni dios, tío.
Y ahora no me preguntes en qué limbo quedan las mentiras piadosas. No tengo ni zorra idea. Eso lo saben los miembros del Capìtolio yanqui y los diputados de los Parlamentos Europeos cuando aplauden a Zelensky puestos en pie. Parecen figurantes de una peli de Monty Python. Y no les da vergüenza. Una última precisión importante: Nadie te pide que digas la verdad. La verdad casi siempre es desagradable, feroz y cruel. José Félix Tezanos, que es un hombre sensible, lo sabe. Por eso él solito se cocina la verdad, se la guisa y se la come. Eso sí, ya te advierte “las encuestas no son de fiar” (sic). Podrás decir que miente y lo que tú quieras. Pero, oye, el que avisa no es traidor.