Mis sueños se pueden hacer realidad. Si a Isabel Celaá, ex ministra de Educación de infausta memoria, en lugar de mandarla de vuelta a casa, la nombran embajadora en El Vaticano, yo un año de estos gano el Planeta.
Cosas más raras se han visto. Mira Maria José Campanario embarazada de tres meses. Que no te creas que no me alegro, estoy encantada. Dice Belén Esteban que un niño siempre es un milagro. Y de paso, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid le pega la bronca al de Ubrique. Pero no quiero frivolizar. En este país están pasando cosas muy chungas, menos mal que estamos curados de espantos. Ya lo dice Denis Itxaso “Lo que está pasando en España es una Perestroika”. Vale, tío. Esperemos que no sea una Perestroika a la catalana. Empezaron con tripartitos a lo Maragall y han acabado como Illa y el país hecho unos zorros. Que tome nota el PNV. Lo mismo es un mensaje para Andoni Ortuzar. Por cierto, más tranquilito vivía cuando era director de EITB. Un día hasta me felicitó.
Lo que pasa en este país es que necesitas un padrino para sobrevivir. Un Vito Corleone que si la cagas, te de la patada hacia arriba. La Celaá se larga a Roma a conspirar con el Papa Bergoglio y a la ex ministra Gonzalez Laya la mandan a Bruselas a presidir un comité de sabios (no es una “fake”). Tú a Boston y yo a California. La vida es una tómbola y una caja de bombones. Nunca sabes qué Perestroika te va a tocar.