Fiel a su estilo inclasificable, Montero Glez traza en estas páginas un delicioso libro de viajes físico y temporal a lo largo y ancho de un Sur emocional. Un periplo que capta la magia poética del lugar y del tiempo, del ser y del estar. Con una prosa rica y ágil, combina elementos tan dispares como inesperados: Cádiz, Hércules, Camarón de la Isla, Tánger, Quiñones, Sevilla, Kiko Veneno, los monos de Gibraltar, Ceesepe, la Venta de Vargas y del Ventorrillo, Paul Bowles, Rancapino, la grifa, Caracol, García Lorca...
Esta obra fue galardonada con el Premio Llanes de Viajes 2012, y una década despuésse recupera, en una edición revisada por el autor y con Javier Ruibal como prologuista de excepción. En ella, Montero Glez propone un viaje hacia parajes emocionales inesperados, rebosantes de música e imágenes luminosas; un particular periplo con el que trata de dibujar (y, al mismo tiempo, difuminar) una suerte de mapa imaginario marcado por los sones del alma flamenca, los lugares que han sido claves en la misma y los nombres que han ido fortaleciendo su huella, tanto musical como emotiva.
Con Huella jonda del héroe el lector, ávido de historias y emociones palpables, emprende una travesía –tan física como poética y sensitiva– por el universo más arraigado del flamenco donde se entrecruzan cantaores que ya han pasado a la historia como Camarón, Niña de los Peines o Manolo Caracol, con héroes de leyenda como Hércules, entregado en cuerpo y alma a la consecución de sus míticos trabajos.
Las fronteras narrativas y geográficas se mueven entre paisajes del Sur, Cádiz, Chiclana, La Línea, Gibraltar, Tánger o Sevilla, combinando reflexiones y vivencias de escritores de la talla de García Lorca o Paul Bowles, de artistas como Picasso o Ceesepe, y de grandes compositores musicales como Manuel de Falla. Montero Glez también participa de este íntimo viaje, compartiendo su experiencia y afilada visión de la realidad, a veces rodeada de ecos de la mitología y otras de barcos que se antojan perdidos en la neblina del horizonte.
En Huella jonda del héroe el autor hace alarde de su peculiar estilo narrativo para, sin alejarse del tono que usa en sus novelas, escribir un libro de viajes que rompe de manera radical con los conceptos que habitualmente sigue este tipo de literatura. Los saltos en el tiempo le permiten evocar lugares ligados a la cultura más popular, poetas de arraigada tradición folclórica y fotos antiguas de aquellos viajeros que cruzaron el Sur cuando todavía los bandoleros asediaban los caminos.
Desde Muddy Waters Books, con esta nueva edición de Huella jonda del héroe, queremos reivindicar el valor de una literatura, la de viajes, y de un autor como Montero Glez, en auténtico estado de gracia, que no deberían pasar desapercibidos entre toda esa marabunta de títulos que, desde hace años, colapsan el mercado.
Pleno de imágenes, poderosas y significativas, “este cuaderno de bitácora, magníficamente escrito –usamos las palabras de nuestro prologuista, el cantautor Javier Ruibal– no contiene planos ni rutas, ofrece intuiciones, aromas intangibles, emociones inabarcables que el propio autor no termina de describir porque sería como ponerle nombre a una nube, delimitar un gas que cambia de forma a cada instante, encerrar el genio en la lámpara en lugar de liberarlo”. Y, tal vez sea esa la verdadera razón por la que volver a leer este libro: buscar el embrujo que libere nuestros deseos.
Montero Glez (Madrid 1965) es autor de las novelas Sed de champán (1999), Cuando la noche obliga (2003) y Manteca colorá (2005), así como de un volumen de cuentos titulado Besos de fogueo (2007). Colaborador en distintos medios y bajo diferentes seudónimos, ha reunido sus artículos de opinión en Diario de un hincha, el fútbol es así (2006) y El verano: lo crudo y lo podrido (2008). Su novela Pólvora negra fue galardonada con el Premio Azorín de Novela 2008. En el 2009 publica A ras de «yerba», apuntes futboleros, y en noviembre de 2010, Pistola y cuchillo.
Con el libro de viajes Huella jonda del héroe se hace en 2012 con el Premio Llanes, año en el que también ve la luz una selección de cuentos bajo el título Polvo en los labios. En 2013 publica su recopilación de piezas dedicadas al fútbol bajo el título El gol más lindo del mundo y otras piezas futboleras. En 2014 gana el Premio Logroño de Novela con Talco y bronce. También publica ese mismo año la primera parte de sus diarios bajo el título El almanaque incendiario. En el año 2016 obtiene el Premio Ateneo de Sevilla por su novela El carmín y la sangre.