Estas tres perlas documentales, hasta la fecha inéditas, serán divulgadas en mi «Vida de Miguel de Cervantes Saavedra», y no solo son de inestimable valor para la biografía documentada del «magnífico señor», licenciado Juan de Cervantes, abogado del Real Fisco del Tribunal de la Santa Inquisición de Córdoba, y de su esposa Leonor Fernández de Torreblanca, sino también para la trayectoria del glorioso Manco, autor de «El Quijote», la obra más destacada de la literatura universal.
La primera prueba documental trata de una carta de Luisa Díaz, esposa del licenciado Juan Porzel, Salvador Porzel y Luisa Porzel, sus hijos, elaborada el 27 de marzo de 1560 en «Alcalá de Sant Yuste», para que Francisco Vergara, marido de Luisa Porcel, solicite a la Universidad Cisneriana el traspaso de unas casas, cuyo censo heredaron de Juan Porzel. El dato alega que «tuvieron unas casas desta dicha villa en la calle Mayor en el corral de los de Cervantes sobre las quales tiene el colegio de San Elifonso en esta villa myll y ciento e quarenta maravedís de censo en cada un año que agora están convencidos de lo vender y traspasar en Francisco de Frutos, mercader, vecino de la dicha villa por preçio y quantía de veynte y ocho myll maravedís» (K. Sliwa, Vida de Miguel de Cervantes…).
El segundo testimonio fiable alude a una carta de petición de la familia Porcel al Colegio Mayor de San Ildefonso, erigido en 1499 por el Primado de España, Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), fundador del hospital y santuario de Nuestra Señora de la Caridad (1500), de Illescas, como origen de la Universidad de Alcalá de Henares, para que le permita traspasar a Francisco Frutos, mercader, las casas que tenía a censo Juan Porzel, y sostiene que «en los bienes quel dicho licenciado Juan Porzel dexoles comprexón a ellos como sus herederos unas casas que son en esta dicha villa en el corral que dizen de los Cervantes en la calle Mayor della sobre las quales tiene el colegio de San Ellifonso» (K. Sliwa, Vida de Miguel de Cervantes…).
El tercer documento fidedigno, del 14 de septiembre de 1560 en «Alcalá del Burgo», atañe a una carta de reconocimiento de censo de Francisco de Frutos con la Universidad Complutense sobre unas casas que traspasó en la calle Mayor de «Alcalá de Santiuste que reza que: «yo Francisco de Frutos, mercader, vecino desta villa de Alcalá de Henares. Otorgo e conozco e digo que por cuanto yo he abido por traspaso que me hizieron la muger e hijos del licenciado Porcel difunto, vecino que fue de Alcalá, una casa en la calle Mayor desta villa en el corral que dizen de los Cervantes» (K. Sliwa, Vida de Miguel de Cervantes...).
Adicionalmente, conviene hacer especial hincapié en que gracias a la excelente labor de la profesora Ana Naseiro Ramudo los tres nuevos datos auténticos comprueban que la familia Cervantes poseía más de una casa en Al-Qalat-Nahar («El castillo del Henares») lo que enfatizaba en mis estudios anteriores y al contrario de algunos cervantistas, quienes echaron en saco roto el disfrute del documento del 10 de enero de 1551 en la capital del «Emirato Independiente», donde el licenciado Juan concedió una licencia y facultad a su hija María, vecina alcalaína, para que «ella pudiese vender unas casas principales que tenéis en la dicha villa de Alcalá de Henares» (K. Sliwa. El licenciado Juan…, pp. 183-84).
En resumidas cuentas, le agradezco a la Jefa de Archivo en Oficina Española de Patentes y Marcas, Ana Naseiro Ramudo, la magnífica colaboración, quien aportó al conocimiento de esos nuevos documentos de vital importancia para la Historia de España y Alcalá de Henares, sede de la primera universidad renacentista, llamada la Universidad Cisneriana, fundada en 1499, por el 80° arzobispo de Toledo, Francisco Jiménez de Cisneros, los que deberían ser dados a la estampa, rectificando así los colosales desaciertos en las enciclopedias, libros de enseñanza y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!
«Laus in Excelsis Deo».