El pifostio vacunero es digno de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio. También te digo que les está pasando factura a todos. Mira los ojos rehundidos y ojerosos de Sánchez, parece John Wayne aguantando tralla en “El Álamo”. Hasta la presidenta Díaz Ayuso ha sucumbido al desánimo. Y eso que es una tía eficaz, resolutiva y resiliente, perdón, resiliente es una gilipollez, quiero decir, dura de pelar. Pero tanta presión y estrés emocional han dinamitado su relación de tres años con Jairo, peluquero y estilista. No quiero ser indiscreta; no sé si Jairo era el hombre de su vida, pero seguro que era el estilista equivocado.
El que no quiere equivocase y dar explicaciones en el Congreso, es el ministro Illa, por eso se ha pirado a Barcelona un día antes abandonando a su suerte a su pareja de hecho, Fernando Simón. Dirás que una retirada a tiempo es una victoria. Sí, una victoria sobre todo para nosotros que no tendremos que soportar sus melindradas y su blanca palidez. ¡Ahh! preciosa canción que bailaban los enamorados en los ochenta. Y fíjate la de parejas que hemos cambiado desde entonces. Qué caprichoso y fugaz es el amor, tío.