Las diez nuevas joyas documentales, descubiertas por el benemérito historiador egabrense, Antonio Moreno Hurtado, Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba, puestas en letras de molde en su excelente libro, intitulado Los Cervantes y Cabra (2020), corrigen los crasos errores de los biógrafos cervantinos sobre la trayectoria vital del cordobés Juan.
Estas perlas documentales ponen de relieve que el 18 de agosto de 1541 en conformidad con el acta capitular, elaborado por el III duque Gonzalo Fernández de Córdoba y Fernández de Córdoba (1520/21-1578) en Madrid, se le nombró a Juan, Alcalde Mayor del Estado de Baena, Condado de Cabra y Vizcondado de Iznájar; el martes 25 de octubre de 1541, en el acta capitular figuró la recepción de Juan Borrallo de la Plaza como regidor de Cabra, que presidió el Alcalde Mayor Juan, quien recibió una provisión de Elvira Fernández de Córdoba, Duquesa de Sesa y Condesa de Cabra, para que se encargara de la vacante abandonada por Juan López de Mesa; el martes 29 de noviembre de 1541, el Cabildo egabrense se inició en la Posada del Alcalde Mayor y el licenciado Juan encabezó casi todos los cabildos hasta finales de 1541; el 4 y el 7 de marzo de 1542, Juan dirigió los dos Cabildos; el viernes 24 de enero de 1544 durante el acta del Cabildo compareció el tío del duque de Sesa, Juan de Córdoba, abad y señor de la villa de Rute, como Alcalde Mayor, por haber suspendido «de sus cargos al alcalde mayor Cervantes, alcaldes ordinarios, alguaciles mayores y menores, regidores, jurados, escribanos y otros oficiales que hayan tenido cargo de justicia y regimiento en Cabra y que no hayan dado cuenta de su cargo y administración»; el miércoles 2 de abril de 1544 en el Cabildo se aceptó una provisión del III duque de Sesa, firmada en Baena el 1 de abril y refrendada por su secretario, Diego Martínez, por la que daban por finalizada la toma de residencia del Alcalde Mayor, regidores y jurados. El testimonio sostiene que «el licenciado Cervantes ha sido buen juez y ha usado bien su oficio», por lo que «se le ratifica como Alcalde Mayor» y «se restituyen en sus cargos a los demás regidores y jurados»; el 11 y 14 de noviembre de 1544, en la Posada del Alcalde Mayor se efectuaron los dos Cabildos «bajo la presidencia del licenciado Juan de Cervantes»; el 12 de noviembre de 1545 en Baena, el III duque de Sesa dictó una provisión, aprobada por su secretario, Juan de Griales, por la que elegía al nuevo alcalde mayor de sus Estados de Baena, Cabra e Iznájar, el licenciado Andrés Ruiz de Coca, y no Cózar, según el historiador Antonio Moreno Hurtado, con poder de tomar la residencia al licenciado Juan; y el sábado 5 de diciembre de 1545, se presentó al nuevo Alcalde Mayor del Estado de Baena, condado de Cabra, y vizcondado de Iznájar, en sustitución del licenciado Cervantes.
En realidad de verdad, la documentación y las obras maestras, cimiento indispensable de la biografía documentada, de Miguel, confirman que fue Juan, entre muchos, quien no solo le enseñó al «glorioso Manco», flor del ejército español, a abogar por el honor, la integridad, la justicia, el liderazgo y la victoria, sino también invirtió en su formación del carácter moral, mejor dicho, la excelencia moral, clave de la fuente de la nobleza del espíritu militar y comercial de liderazgo servidor y del excelente espía de «la escuadra de Malta o algunas de las de Sicilia».
Gracias a este magnífico descubrimiento del Cronista Oficial de Cabra, Antonio Moreno Hurtado, por primera vez se fija la concurrencia del licenciado Juan a muchos cabildos, comprobada mediante su firma en los libros de actas capitulares, cuyo puesto le granjearía excelentes beneficios para su hijo Andrés, futuro alcalde ordinario de Cabra. Con toda seguridad, Juan no solo conoció la clave de la educación sino también se preocupaba por la formación intelectual, integral, moral, profesional y social de sus hijos y nietos.
En una palabra, estos documentos de inestimable valor historiográfico del ejemplar investigador egabrense Antonio Moreno Hurtado brindan especial interés biográfico e histórico para la reconstrucción de la vida del abuelo paterno del «Rey de la Literatura española», de acuerdo con el General, Luis Bermúdez de Castro y Tomás (1864-1957), y deberían quedar fijados en los papeles para rectificar así los grandes desaciertos en las enciclopedias, libros de enseñanza, y revistas electrónicas. ¡Enhorabuena!
Laus in Excelsis Deo
Krzysztof Sliwa