En un acto realizado en la sede de la Fundación Caja Sol -edificio que anteriormente ocupó la Real Audiencia de Sevilla, construido bajo el reinado de Enrique II y que ha sufrido diversas reformas con el tiempo, la última de ellas en 1981- se presentaron las obras ganadoras de los premios Antonio Domínguez de Biografías 2020 y Manuel Alvar de Estudios Humanísticos 2020.
Este año, ambos premios han caído en dos autores de la tierra, andaluces de Cádiz y de la Palma del Condado. Antonio Serrano Cueto se hizo con el premio de biografías con “Italo Calvino. El escritor que quiso ser invisible”, primera biografía del gran escritor italiano publicada por un autor español, y Jesús Albarrán Ligero que gano el premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos por “A boy walking. Bob Dylan y el Folk Revival de los sesenta”, un estudio pormenorizado sobre los primeros años de la obra del Premio Nobel de Literatura cuando no soñaba con ganarlo y sí en electrificar su música.
El acto estuvo presidido por Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, y Pablo Morillo, director general de la Fundación José Manuel Lara. Ambas instituciones son las encargadas de la cuantía de los premios y de la publicación de las obras. Antonio Pulido señaló el compromiso de la institución que preside con el mundo de la cultura. “No sólo otorgamos los premios, también realizamos exposiciones, obras de teatro y otras actividades en la sede de la fundación y en otras ciudades andaluzas. Para que la cultura esté donde tiene que estar”, dijo el economista cordobés, afincado en Sevilla desde hace ya muchos años.
Pablo Morillo habló del trabajo que realiza la fundación que dirige a favor de la cultura, con unas colecciones de libros sobre poesía y ensayo, además de la publicación de las obras ganadoras a los citados premios. Dio paso al editor de ambos libros Ignacio F. Garmendia que con su característico humor hablo brevemente de ambos títulos. De Antonio Serrano alabó su gustó por “escribir una biografía del único escritor experimental que se puede leer sin sufrir” y de Jesús Albarrán señaló que “sería preferible que tirase la guitarra al rio Betis y que se dedicase en exclusiva a escribir”. Más tarde tuvo que desdecirse de sus palabras al oírle interpretar un par de canciones de Bob Dylan.
Durante su intervención, Antonio Serrano habló en su intervención sobre los problemas que tuvo a la hora de escribir el libro. “No toda la obra de Calvino está traducida al castellano, pero me la he leído toda, aunque soy filólogo he tenido la ayuda de mi profesora de italiano para las traducciones. Además, hay que tener en cuenta que he tenido que compaginar la escritura del libro con mi vida académica y familiar. Si a esto añadimos que he podido recoger pocos testimonios directos, tanto sus amigos como su esposa tienen cerca de 90 años y es difícil hablar con ellos, con su mujer fue imposible”, desgranó el catedrático de Filología Latina de Cádiz.
Jesús Albarrán, con un look muy dylaniano, nos comentó sus experiencias en el programa televisivo La Voz, donde llegó a ser finalista en la pasada temporada en Antena 3, desgraciadamente, su estilo no es del gusto de unos coaches demasiado anclados en fórmulas pasadas y que no entienden nada sobre rock y menos sobre folk rock americano. “El avance tecnológico que ha sufrido la música ha sido brutal, además ha habido una revolución estética muy fuerte, en parte venida de la cultural oriental. Antes, en los años 60 era muy fácil ilusionarse, ahora todos somos más pragmáticos”, expuso el cantautor y periodista onubense.
Las explicaciones sobre las sus obras se fueron alternando por parte de ambos autores. Para Antonio Serrano, “los datos biográficos tienen mucha influencia en la obra de un autor. Italo Calvino fue dejando muchos datos sobre su vida en sus libros. Tenemos que tener en cuenta que el escritor nacido en Cuba estuvo muy influenciado por la profesión de su padre, agrónomo, que se fue a México y Cuba para modernizar el sistema agrícola de ambos países. Calvino comenzó a estudiar agronomía, pero no le gustaba en absoluto y lo acabó dejando para dedicarse a la escritura, primero como periodista, profesión con la viajó por muchos países y, después, como escritor”, desmenuzó el autor de la biografía con tono pausado y fuerte acento gaditano.
Jesús Albarrán diseccionó, en su turno de palabra, la obra de Bob Dylan. “Era muy caótico a la hora de componer y muy apasionado a la vez. Yo creo que sus mejores composiciones se dieron en los sesenta. Él creía que el sonido partía la palabra. Tenía que estar todo en consonancia, de ahí que a la hora de componer una canción hiciese a la vez la letra y los acordes”, expuso el cantante que para terminar su intervención y la rueda de prensa, a los postres interpretó un par de canciones de Dylan que levantaron los ánimos de los asistentes que tuvieron que guardar en todo momento las distancias sanitarias. Pese a todos los inconvenientes, la presentación resultó un éxito y todo el mundo salió encantado tatareando la melodía de “Like a Rolling Stone”.