El teniente coronel Millán Astray, su fundador, les inspiró con el Bushido de los samuráis. Implacables en el combate, generosos en la paz. Son soldados y su peculiaridad la han ganado por sus espíritus, los que forjaron el cuerpo más famoso del Ejército español. Son legionarios bajo la pica, el arcabuz y la ballesta.
Desde su nacimiento, los legionarios han estado rodeados de una imagen romántica de soldados con un oscuro pasado que, por motivos de amores imposibles, delitos inconfesables o simple espíritu de aventura, rompían con su vida anterior para, en muchos casos, adoptar un nuevo nombre, una nueva vida, convirtiéndose en caballeros legionarios. Este aspecto novelesco, de soldados de fortuna sin fortuna, fue alentado desde el mismo nacimiento del Tercio de Extranjeros, primer nombre que tuvo la Legión hace cien años, explica Togores, quien ya publicó en La Esfera Historia de la Legión Española o la biografía de su fundador.
A sus filas llegaron españoles de toda la geografía. El primer grupo que se alistó fueron doscientos catalanes de los que dijo Millán Astray que eran «la flor y nata de los aventureros». Desde Cuba, Nueva York, Londres, Turquía o Japón llegaron voluntarios atraídos por la promesas de gloria, redención y una más que posible muerte en el duro campo de batalla de Marruecos y por la promesa de una buena paga, pudiendo llegar a ser «Capitanes del Tercio». La Legión saltó a la fama el 24 de julio de 1921 como consecuencia de su marcha forzada hasta Melilla para salvar la ciudad de las harkas de Abd del Krim después del Desastre de Annual y ya no ha dejado de ser noticia hasta la actualidad, con las misiones en Rusia, Bosnia, Malí, Congo, Afganistán o Irak.
Los informadores gráficos españoles tuvieron sus cámaras siempre propicias para registrar todo cuanto ocurriese en La Legión. En relación a los fotógrafos de guerra, resulta obligado citar al que ha fotografiado a los legionarios desde su nacimiento, Bartolomé Ros, quien tomó las imágenes de la primera jura de bandera de los legionarios en 1920. Durante la Guerra Civil, fotógrafos como Pepe Kampua retrataron a los legionarios en combate, Badajoz, Ciudad Universitaria y el Ebro. Más recientemente, enviados especiales como Arturo Pérez-Reverte escribieron y fotografiaron las andanzas de La Legión en el Sahara y en los Balcanes. En la actualidad existen miles de fotos de legionarios, la mayoría en colecciones privadas, casi desconocidas. En los últimos años, los propios legionarios, gracias a la tecnología, nos ofrecen imágenes de su vida cotidiana en la paz y en la guerra. Muchas de ellas se incluyen el testimonio fotográfico que es Cien años de La Legión española.
Luis E. Togores es doctor en Historia Contemporánea y catedrático universitario. Ha ocupado los cargos de decano, vicerrector y secretario académico del Instituto CEU de Estudios Históricos. Ha sido jurado de los Premios Ejército de Investigación en Humanidades. Lleva más de treinta años dedicando su labor investigadora a la Historia Militar y a la Historia de las Relaciones Internacionales.
Es autor de numerosos libros, entre los que destacan, además de la biografía de Muñoz Grandes, las de los generales Millán Astray y Yagüe, y la Historia de La Legión española, así como el ensayo Historia de la Guerra Civil española, todos ellos publicados con gran éxito en La Esfera de los Libros.
Gustavo Morales Delgado (Toledo, 1959) es periodista, especialista en cuestiones de integrismo y geoestrategia militar. Escribió como corresponsal desde Al Amarah y Bagdad (Irak) sobre la guerra irano-iraquí (1980-1988). Fue observador del alto el fuego en Irán. Ha sido redactor jefe de las revistas Defensa y MC, director del diario Ya y del periódico FE y director adjunto del periódico El Rotativo de la Universidad San Pablo CEU. En radio, ha sido comentarista estratégico de varias emisoras como la BBC, RT, Sputnik e HispanTV. En televisión ha sido productor de Detrás de la Razón y Foro Abierto y director de El Cuadrilatero y Orientando.
Ha publicado varios libros de política internacional, islam e historia. A finales de los años 70 se alistó en la Legión. Está en posesión de dos órdenes al Mérito, el premio de Periodismo Carlos V y la Palma de Plata.
Ambos han editado los libros de fotografías sobre la División Azul y la Falange.