Esteban, felizmente casado y padre de cuatro niños, trabaja en una multinacional, pero todo cambia cuando un virus "invade” su cerebro y amanece sin habla ni movimiento. La llegada de los sanitarios, su traslado al hospital, sus extravagantes visiones y reacciones, y la realidad paralela de las siguientes semanas, nos atrapan en una espiral de angustiosas e insólitas vivencias.
La lectura fresca y amena consigue que el lector viva con el corazón encogido las mismas emociones del protagonista: angustia, incertidumbre, miedos, frustraciones… dentro de su distorsionada realidad. De forma socarrona, con una buena dosis de sentido del humor, convierte esa tensión en situaciones tan divertidas que provocan más de una carcajada. Una historia real, un ejemplo de superación. Y donde los lectores se verán reflejados en muchos de los pasajes con situaciones similares a los vividos durante la pandemia de la COVID-19.
Este navarro de 50 años nos hace llegar su experiencia y aprendizaje a través de “Una mañana cualquiera” tras ser diagnosticado de encefalitis, un proceso inflamatorio del sistema nervioso central, cuya causa más frecuente es la infección viral, y que, según la Sociedad Española de Neurología, en España se diagnostican unos 600 casos al año. Lo inusual y más interesante de este caso es vivirlo desde el otro lado, comprobar el proceso desde la visión de una persona consciente de lo que estaba sucediendo e incapaz de trasmitirlo.
Los estragos que el confinamiento ha hecho en la mente de las personas
Esteban pensaba que tenía encaminada su vida y que esto nunca le sucedería a él: “Ahora veo la vida de otra manera, aprovecho cada momento, disfruto de los pequeños detalles. Más o menos lo que estamos viviendo estos meses”, afirma el autor de la novela.
“Dar un paseo, abrazar a tus seres queridos, ir a comer a casa de tus padres o tomar una cerveza con tus amigos, ahora lo valoramos todos de otra manera. Lo que yo narro en mi novela, es similar a lo que está sucediendo con esta pandemia. Soy un adelantando y me cogí el virus 5 años antes”, bromea Moneo.
El libro comienza con sus vivencias en el hospital y continua con la posterior búsqueda de soluciones a sus secuelas que le sumergen en diferentes experiencias, a cada cual más surrealista. Desde la pelea por volver a trabajar cuando le conceden la incapacidad permanente con 47 años, hasta la búsqueda de soluciones en todo tipo de tratamientos alternativos a la medicina tradicional, -la visita a un afamado homeópata, un especialista en campos magnéticos o una captadora de energía-.
Desdramatizada con toques de humor, es una historia de superación personal que nos enseña cómo las expectativas de futuro y prioridades de la vida pueden dar un giro radical cuando menos lo esperamos. “El objetivo de esta novela es intentar ayudar a otros que estén pasando por una situación similar. Es un mazazo, un reto y a veces, no ves la luz del final del proceso” Pero también sus cuatro hijos estaban en su mente al escribir la historia, “necesitaba que entendieran lo sucedido estos cuatro años y que a ellos les ha afectado directamente: por qué no se podía escuchar música en casa o en el coche, alzar la voz o hacer ciertos viajes”.
“Acceder a grandes profesionales de la sanidad me salvó y quiero contribuir a que todos tengan mí misma suerte donando todos los beneficios a la Cruz Roja”, confirma el autor de Una mañana cualquiera.
Esteban Moneo es diplomado en empresariales en 1992 en Pamplona y Máster en Dirección Financiera en 2000 en Madrid. Inició su carrera profesional en Madrid en el año 93. En el año 2000 se incorporó en el área financiera de Unión Fenosa y más tarde al área de estructuras financieras de Gas Natural.