La única excepción fue el acto de entrega de este galardón, que se celebró en el Teatro Salón Cervantes de la ciudad complutense y estuvo precedido de la representación de Dos tablas y una pasión, dirigida e interpretada por el propio artista premiado, y que también se pudo seguir por streaming desde la web del festival. “Justo en este teatro estrené El Lazarillo de Tormes hace 29 años, con Fernán Gómez [autor de la versión] entre el público, esperando para subir a saludarme”, contó El Brujo tras recibir el galardón de manos del Alcalde de Alcalá de Henares, Javier Rodríguez Palacios, al que acompañaron en el acto el Viceconsejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Daniel Martínez; María Aranguren, Concejala de Cultura del Ayuntamiento de Alcalá de Henares; Ruperto Merino, Subdirector General de Programación Cultural de la Comunidad de Madrid; y Darío Facal y Ernesto Arias, directores de Clásicos en Alcalá.
“Alcalá de Henares es una potencia cultural, con su Universidad, su patrimonio arquitectónico, su historia, Cervantes...”, valoró El Brujo. “Es núcleo de la cultura del Siglo de Oro, una referencia obligada y una columna poderosa del idioma español, que hablan millones de personas en el mundo". Explico que, "cuando uno viaja por ahí", se da cuenta de "la importancia que se da a este legado artístico; de su ‘solera’, como diría mi padre”. Añadió que, pese a ello y a su juicio, “a veces los españoles no tenemos la suficiente confianza en nosotros mismos", pero con esta catástrofe del coronavirus, "que tanto dolor y trauma ha causado", estamos "tirando por la borda todos los tópicos: no somos un país indisciplinado, somos muy fuertes”. Celebró que, sobre el escenario, se hubieran reunido políticos “de ambos colores”, y recordó que la Cultura nos da “la capacidad de ser receptivos y sensibles”, porque “hay que recordar que el adversario es una prolongación de ti mismo, y lo diferente, aunque te toque las narices, es un misterio que descifrar", una extensión "del alma propia”.
Por su parte, Rodríguez Palacios reivindicó que el acto de entrega del Fuente de Castalia “debía realizarse de manera presencial”, y “en este teatro que tiene décadas de historia y ha visto pasar momentos muy complicados para esta ciudad, como guerras y dictaduras”, y en cuyas butacas “hoy echamos en falta a muchas personas que han sufrido especialmente el coronavirus, algunas de las cuales eran asiduas" a este espacio cultural. Agregó que, con un acto presencial, se pone de manifiesto cue se puede "vencer esta situación" de pandemia y reactivar la vida cutural, y en esta ocasión, se hizo "recordando, con la actuación El Brujo, los valores, frases y palabras de los clásicos, tan válidos aun hoy".
Ernesto Arias agradeció a los profesionales sanitarios, de servicios esenciales y demás sectores su “entrega” durante la pandemia, y destacó "la reponsabilidad del resto de los ciudadanos", gracias a cuyo esfuerzo colectivo "hoy podemos estar aquí”. Facal, por su parte, expresó que “de la Fuente de Castalia beben los poetas para obtener su inspiración", y "qué mejor que conceder este premio a quien, sin duda, es una referencia en el teatro español y ha inspirado a varias generaciones”.