Autores como Viktor Gómez, Sara Castelar, Chema Lagarón o Enna Villarroya, y editores como Gabriel Viñals, se dieron cita para recibir la nueva obra poética del autor de “Pecios de la estrella”. El artista plástico José Lapasió, responsable de la ilustración de cubierta y contracubierta del libro, también se encontraba presente entre el público.
Toni Alcolea, editor de Olé Libros, fue el encargado de dar la bienvenida a los asistentes y presentar tanto al autor del libro, como a su prologuista, José Antonio Olmedo. Olmedo, uno de los directores de la pujante revista “Crátera” y también crítico literario de intensa trayectoria, intervino en primer lugar para disertar sobre una obra que él considera valiente y surrealista.
En su exposición, José Antonio Olmedo subrayó algunos aspectos de la poesía de Márquez Tormo que lo convierten en un poeta singular dentro del panorama poético: concepción intuitiva de la poesía, creacionismo, surrealismo, ausencia de puntuación con comas, proliferación de aposiciones y elipsis, uso antonomásico de las mayúsculas, acrósticos, caligramas, etc. son algunos de los recursos literarios que la poética de César Márquez despliega en este libro.
Asimismo, Olmedo anticipó la extraordinaria destreza declamativa del poeta, quien convierte sus versos en algo muy diferente cuando es él quien les da lectura. Este hecho se comprobó, y de qué manera, cuando César Márquez leyó algunos poemas del libro. Algunos asistentes manifestaron su asombro y le animaron a publicar alguno de sus poemarios como audiolibro.
Por su parte, el propio autor manifestó necesitar de libertad creativa para conformar poemarios como ”Corazón de sol”, una forma de entender la poesía casi catártica, en forma de escritura automática, por lo que fue incapaz de explicar —por ejemplo— por qué el poemario se distribuye en siete apartados o la necesidad de comenzar muchos sustantivos con mayúscula.
El poeta continuó explicando que algunos poemas corresponden a vivencias y su carácter esperanzador conecta con una aspiración personal a la concienciación moral del lector a través de la lectura: «debemos ser mejores personas», espoleó el poeta a los presentes. La riqueza espiritual de César Márquez quedó patente tras responder a varias preguntas que algunos miembros del público le formularon.
La libertad creativa de César Márquez imbuyó a los presentes en su particular universo de sensaciones en el que la palabra, polisémica, neológica, y no siempre mediante relaciones lógicas, amuebla un espacio interior cambiante y resplandeciente. Según José Antonio Olmedo, “Corazón de sol” entraña un romanticismo iconoclasta, digno de un ultraísta de principios de siglo, pero con la contundente honestidad de un filósofo que escribe versos para tocarnos el alma y hacernos reflexionar.