¿Cómo sustraerse al deseo de saber algo más del Clasicismo griego en su conjunto?
¿Cómo no aproximarse a Fidias, a Policleto, a Praxíteles y tantos otros artistas universales?
¿Cómo no imaginar, por ejemplo, el ambiente en que vivieron, junto al gran Alejandro, su escultor Lisipo y su pintor Apeles?
A poco que indaguemos, descubriremos, una vez más, que la Hélade sigue viva en nosotros Aunque hayan pasado desde entonces casi dos mil quinientos años, seguimos suscribiendo las palabras que pronunció Plutarco al evocar las obras de Pericles en Atenas: “Parecían ya antiguas por su belleza en el momento en que fueron realizadas, y en la actualidad parecen recientes y nuevas por su fuerza: brilla en ellas un lustre que las conserva intactas, aun con el paso del tiempo, como si albergasen un aliento siempre florido y un espíritu exento de vejez”.
Miguel Ángel Elvira Barba ha desarrollado toda su carrera docente e investigadora en la Universidad Complutense, donde es catedrático de Historia del Arte. También ha sido conservador jefe de escultura en el Museo del Prado (1997-1999), y ha dirigido, del año 2000 al 2004, el Museo Arqueológico Nacional. Ha trabajado sobre distintos campos, como la iconografía mitológica (Arte y Mito, Madrid, 2008), el arte clásico (Manual de arte griego, Madrid, 2013) y el coleccionismo de obras antiguas (Las esculturas de Cristina de Suecia, Madrid, 2011). Por lo demás, ha organizado varias ex- posiciones y es miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes de Sevilla y del Instituto Arqueológico Alemán de Berlín.