El escritor y filósofo Lou Marinoff ha visitado España para asistir a un encuentro literario en Segovia y ver el resultado de la nueva edición en formato bolsillo de cinco de sus libros. Aprovechando esta venida a nuestro país, se reunió, en la sede madrileña de su editorial, para hablar de todo un poco con un grupo de blogueros. El autor de “Más Platón y menos Prozac” se muestra entusiasmado con la expectación que ha tenido el encuentro. “En mi tierra no consigo reunir a tanto bloguero”, afirmó nada más comenzar el encuentro.
Reconoce, a las primeras de cambio, que cuando era joven no le interesaba nada la filosofía. “Fue a los veinte años cuando comenzó a importarme”, dice entre risas. “Hay dos formas de entrar en la filosofía, la primera es la de leer libros de divulgación filosófica de autores populares y la otra es estudiando en las facultades. Las dos son igual de válidas”, afirma Lou Marinoff.
En su versada opinión, “la filosofía es la madre de la ciencia, en la historia de la ciencia esto queda muy claro”. “La ciencia tiene que seguir cuestionándose ininterrumpidamente”, sostiene con decisión y añade “con el avance de la tecnología en la actualidad, han surgido nuevos temas en el campo de la ciencia y es la filosofía la que debe poner límites éticos a esos avances o, al menos, hacerse las pertinentes preguntas de hacia dónde debemos avanzar. Debería haber filósofos en las plantillas de este tipo de empresas”.
“Los políticos sólo están interesados en su propia popularidad; por el contrario, la ideología de los empresarios es ganar dinero, pero también es la ética, de ahí que deban apostar por la filosofía”, expone el divulgador estadounidense, profesor del City College de Nueva York. La desidia de los políticos españoles en este tema se demuestra cuando decidieron eliminar la filosofía de la lista de asignaturas curriculares de la educación secundaria. “No les interesa ni la filosofía ni la ética”, subraya el autor americano.
Lou Marinoff se describe como “un filósofo práctico y, a la vez, teórico, que tanto doy clases en la universidad para estudiantes de filosofía teórica como para aprendices en los cursillos que doy fuera de la misma. Es algo similar a lo que pasa con la música, una cosa es la musicología y otra la interpretación. Pocos están interesados en estudiar música, pero la mayoría le gusta escuchar música. Lo mismo ocurre con la literatura, una cosa es estudiar teoría literaria y otra leer libros”.
El conocido escritor de bestsellers se muestra crítico con sus colegas filósofos académicos. “La mayoría de los filósofos tienen un don, que es hacer lo fácil muy complicado. A mí, me interesa justamente lo contrario. Creo que el verdadero arte es hacerlo más accesible al público en general, pero sin perder la esencia de la filosofía”, explica como lo diría en cualquiera de sus libros.
“Yo me convertí en filósofo por descarte o por Descartes, no sé bien. No encontraba mi camino hasta que descubrí la filosofía. Las ciencias sociales es lo más fácil de la pedagogía, lo que realmente merece la pena tiene que ser algo difícil. Para encontrar la excelencia personal, tienes que someterte a un reto, siempre sin olvidar la verdadera identidad, evoca el profesor en su comparecencia. “Dar consejos es fácil, pero dárselos a uno mismo es mucho más difícil”, sentencia, quizá por eso escribió “El ABC de la felicidad”.
El sufrimiento es la otra cara de la iluminación
Lou Marinoff es especialista tanto en filosofía occidental como oriental. “Es muy útil utilizar las dos escuelas porque son muy diferentes. Para cosas racionales es mejor la filosofía occidental, pero la oriental es muy intimistas, más personal, ahí están las teorías taoísta y budista, dejando aparte la religión”, opina el profesor. “Lo que realmente quiere todo el mundo es ser feliz. Los occidentales lo conciben como algo individual, no están conectados entre sí. Mientras que en el mundo oriental no es posible la felicidad sin los demás”, apunta y añade. “intenté recetar prozac en China y fracasé estrepitosamente. Los chinos lo ven todo en familia. La felicidad de una persona no cuenta sino es con sus personas cercanas”.
Para terminar, explica el comportamiento de las personas según nuestro cuerpo. “Existe una simetría con un eje que nos divide en dos. Cada persona tiene preferencia por uno de ellos. El izquierdo controla la lógica y la matemática; el derecho controla el arte, la música, la poesía, etc. Todos tenemos un lado más fuerte que el otro. Lo bueno sería ser cerebralmente ambidiestro”. “Yo tuve que trabajar mucho para conseguir que mis dos lados fuesen muy fuertes”, confiesa sottovoce.
“Si algo nos está haciendo infelices, también puede hacernos felices, el secreto es saber darle la vuelta. Ya apuntaba Buda que el sufrimiento es la otra cara de la iluminación”, concluye Lou Marinoff que, además, de buen escritor es un excelente orador. Así que ya saben, si en estos momentos están pasando por un mal momento de su vida y están sufriendo, sepan que están cerca de la iluminación.