En el Museo Revello de Toro de Málaga, se ha mostrado la exposición temporal “Pintura religiosa” de Félix Revello de Toro, una de las facetas menos conocidas de la trayectoria creativa del pintor debido a su escaso número y a que sus obras de temática religiosa se encuentran en colecciones de difícil acceso.
Exposición PINTURA RELIGIOSA, de Félix Revello de Toro, en el Museo Revello de Toro de Málaga
Como afirma el director del Museo Revello de Toro, Elías de Mateo Avilés: “los expertos definen la pintura religiosa cristiana como aquella que representa a personajes o escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, de la vida de los santos y de momentos claves de la historia de la iglesia. También se puede englobar, dentro de la misma, retratos de personajes relevantes de la jerarquía y del clero, tanto masculino como femenino”.
“Este género constituyó una parte mayoritaria del arte europeo durante siglos. Tan solo la irrupción de los movimientos artísticos de vanguardia y de la secularización de las sociedades occidentales a partir del siglo XIX, lo han relegado a un papel secundario en nuestros días”.
“Una de las claves que lo caracterizan es su afán e intención formativa y catequética. Desde sus orígenes, al igual que la escultura cristiana, una de las razones de su éxito ha sido que “debe mover a devoción”. Debe acercar a cualquier persona en general y a los creyentes en particular a los grandes misterios del Cristianismo, y a imitar la conducta y las virtudes de Jesús, de la Virgen y de los santos. También a conocer visualmente los grandes hitos de la Salvación de la humanidad que culmina con el Nacimiento, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y en la labor de la Iglesia por Él fundada.”
Nacido en el seno de una familia de profundas convicciones católicas, no en balde dos de sus hermanas profesaron como religiosas, educado él mismo por los jesuitas, Félix Revello de Toro ha pintado, a lo largo de su dilatada trayectoria creativa, obras que cumplen perfectamente la doble función del arte cristiano.
De las obras expuestas en el Museo, la primera de fecha tan temprana como 1948, hace más de setenta años, es María Reparadora, obra en la que el entonces estudiante en la Academia de San Fernando lleva a cabo la plasmación plástica de la originalísima iconografía de esta advocación mariana, que debe mucho a la tipología inmaculista heredada del barroco. Pero en ella el triunfo sobre el demonio y el pecado, representados por la serpiente lo ejecuta el Jesús niño clavándole el extremo de la cruz en la boca en presencia de Adán y Eva. Un año más tarde, vuelve sobre el tema mariano, con María Inmaculada, casi niña, donde al copiar el modelo murillesco, deja ya la impronta de su personal pincelada firme y amplia que será seña de identidad inconfundible de su pintura.
En 1956, ya catedrático en Barcelona, contrae matrimonio en la capilla del Colegio de San Estanislao, con Chini, su primera esposa. Con tal motivo regala a este centro su obra San Francisco Javier. En el óleo se muestra al gran santo misionero jesuita con su iconografía tradicional, con hábito de la orden, el cayado que representa su carácter viajero, un crucifijo en la mano y un rostro iluminado y arrebatado por su afán apostólico donde destaca el brillo de la fe en sus ojos. Sobre un fondo neutro, se imponen las tonalidades grises y ocres.
En 1960 la Caja de Ahorros Provincial de Málaga estrena nueva sede. Para presidir el salón de consejos, su entonces director general, Enrique García- Herrera, encarga a Revello un gran óleo con el tema de La Sagrada Familia, patrona de las cajas de ahorro. Por fortuna, se conserva, tanto el boceto previo, como la obra final que forma parte de los fondos pictóricos de la Fundación Unicaja. El pintor concibe una composición donde el Jesús niño manifiesta ya su sabiduría ante sus padres y varios personajes que acuden a contemplarle y a escucharle. En este periodo de su pintura, Revello de Toro construye sus figuras casi de una manera escultórica dedicando gran atención a los volúmenes, que resuelve con una pincelada valiente y moderna.
Del año 1969 es la obra titulada Virgen con el Niño, que se encuentra en un oratorio privado de Málaga y que invita, con la serenidad y el recogimiento espiritual que emana de ambas figuras, a la devoción y las oraciones.
Reinterpretando y actualizando la tradición zurbaranesca del retrato frailuno, Revello plasma para la posteridad al dominico Bartolomé Vicens en 1979. Aquí, en su etapa de madurez, aplica sus acreditados colores blancos con la infinita gama de matices que han hecho famoso al hábito de la Orden de Predicadores.
Y, finalmente, en esta exposición no podía faltar su faceta de cartelista: la celebración del 125 aniversario del colegio de San Estanislao en 2007. En él sintetiza la labor educativa y formativa de los Jesuitas en Málaga. Así, el hermano de la Compañía acoge en sus brazos a un niño de corta edad, símbolo de la infancia. De fondo, la fachada inconfundible del Colegio, el tranvía que llevaba al pintor y a sus compañeros hasta el centro educativo en su niñez, la revista Forja, donde se recoge la vida de esta comunidad a lo largo de los años.