La escritora madrileña Almudena Grandes nunca había querido recopilar sus columnas de opinión, pero atendiendo a Juan Díaz Holgado, que está realizando una tesis sobre su obra literaria, ha decidido hacerlo. “De la selección se ha encargado Juan, yo sólo he metido mano casi al final, para añadir algún artículo que me parecía esencial para entender la crisis en la que vivimos inmersos desde hace diez años”, dijo la escritora en la presentación del libro.
Almudena Grandes enumera en el prólogo de esta obra las obsesiones personales que han terminado plasmándose en “La herida perpetua”, una cuidada selección de sus colaboraciones en prensa: «El problema de España, las razones que la han convertido en un conflicto para millones de españoles, la anormalidad de este país bipolar que solo logra comportarse como los demás cuando la selección nacional juega un mundial de fútbol, el amor y el desamor que nos parten continuamente por la mitad, los orígenes, el desarrollo, los relatos contrapuestos, las soluciones posibles para curar esta herida que sangra demasiado, desde hace demasiado tiempo, y nos hace demasiado daño”, todo muy orteguiano.
Y, en efecto, la autora recorre en estas páginas los últimos y complejos diez años de vida política española: la abrupta etapa final del Gobierno de Rodríguez Zapatero, el estallido de la crisis económica, la mayoría absoluta del Partido Popular en 2011 y las consecuencias de sus draconianas medidas sociales en la vida de los ciudadanos, la eterna división de la izquierda, el desánimo que suscita la corrupción rampante o la moción de censura que en 2018 expulsó a Mariano Rajoy de la Moncloa.
“Los artículos incluidos en el libro se enraízan en la conciencia crítica del país. Creo que son un complemento esencial para mis novelas que no suelen tratar temas de actualidad; ahora estoy escribiendo de 1957, en el quinto volumen de mis Episodios”, señala con su potente voz que podría pasar por la de un barítono de ópera. El tema principal de sus artículos es España como problema. “La crisis económica que llevamos sufriendo estos diez últimos años se ramifican en otros tipos de crisis como es la territorial, la institucional y, por supuesto, la moral”, recapitula Almudena.
En su opinión esta última década ha sido “frenética”. “Nuestros problemas no tienen visos de que se vaya a solucionar pronto, pero al menos los españoles somos conscientes de los problemas que tenemos”, apunta la autora nacida cerca del barrio de Malasaña. Y quizá el mayor problema que tengamos sea el territorial. “El conflicto más grave es entre catalanes y catalanes que ha impregnado la vida de toda la comunidad hasta el punto de romper familias. Cualquier situación que garantice la convivencia entre catalanes, y entre catalanes y el resto de España será bienvenida. Por lo menos, ahora hay diálogo, con el PP no lo había”, evalúa de manera certera la escritora.
“Creo que el problema se les fue de las manos a Mas y a Rajoy, quizá para tapar la corrupción de sus partidos. No ha habido dos partidos más corruptos en la democracia española que el PDdCAT y el PP”, afirma categórica y cargada de razón. Por eso, opina, “que el problema ha tenido un crecimiento artificial. Lo que hay que hacer es pensar en los catalanes y su encaje con el resto de los españoles. Ha llegado la hora de reformar el modelo de Estado y la Constitución”.
Almudena Grandes ha escrito muchos artículos por la unidad de la izquierda. Cree que “ahora la izquierda está más unida y la derecha se está disgregando. Yo tengo un espíritu frentepopulista muy arraigado, en estas elecciones no he pedido el voto por ningún partido en concreto, pero sí por los partidos de izquierdas que son el futuro”. También ha querido recalcar que ha habido “medios de comunicación que han ayudado al crecimiento de la extrema derecha de manera significativa”.
De los líderes de la derecha, reconoce que “con quien más me he metido ha sido con Esperanza Aguirre, que se ha ido de rositas; también con Gallardón por culpa de su pretensión de revocar la ley del aborto”. La Comunidad de Madrid es un ejemplo de la corrupción galopante que hemos vivido estos años. “Lamento que sólo los corruptos estén en la cárcel y los corruptores se libren de todo”, expone con lucidez.
Almudena Grandes se muestra preocupada por el poco sentimiento nacional que tienen los españoles de su país. “No asumimos los símbolos nacionales como propias, solo cuando juega la selección de fútbol. Creo que es debido a que no hubo una ruptura, en el comienzo de la democracia, con la dictadura. Los españoles no tenemos fe en las instituciones. La memoria histórica tiene mucho que ver con el futuro. Si hubiésemos roto con ese pasado, tendríamos un sentimiento mayor de españolidad”, concluye la escritora.