La biografía de Cervantes está plagada de mitos, de leyendas, de lugares comunes. Así ha sido desde el siglo XVIII hasta nuestros días. Muchos de estos mitos, leyendas y lugares comunes nacieron de la falta de datos y documentos en sus orígenes, de la necesidad de imponer una determinada imagen sobre la vida de Cervantes para defender la genialidad y la supremacía de su Don Quijote. Por ello, bajo el cometido de ofrecer una mirada totalmente nueva sobre el autor español más universal, Lucía Megías ha rescatado en una biografía inédita al Cervantes hombre en cada una de las etapas de su vida, más allá de ese personaje que se ha impuesto como un mito a lo largo de los siglos.
Si el primer volumen, "La juventud de Cervantes", aborda su época más aventurera, que le llevó al Mediterráneo, a comenzar su carrera militar y a pasar cinco años cautivo en Argel y el segundo tomo, "La madurez de Cervantes", le sitúa en la Corte, tanto en la política (Madrid) como en la económica (Sevilla), sobreviviendo en busca de un oficio y obteniendo sus primeros éxitos como escritor: reconocido autor de romances, estreno de varias comedias en diversos corrales de Madrid y la publicación de la “Galatea” (1585); esta tercera y última entrega profundiza en sus últimos años, años cruciales en los que publicó casi toda su obra literaria, desde la primera parte del Quijote, en el Valladolid de 1604, hasta los primeros años del éxito del Persiles, en el Madrid de 1617.
Frente a lo que sucede con las biografías cervantinas hasta ahora publicadas, "La plenitud de Cervantes" no es un simple repertorio de las obras escritas y publicadas por el autor alcalaíno: por primera vez se sitúan las obras en su contexto literario y el éxito que tuvieron en su tiempo, para así dar a conocer el particular programa literario al que Cervantes dedicó sus últimos años, de ahí el subtítulo de “Una vida en papel”. Un programa literario único en los Siglos de Oro, que que ha quedado ensombrecido por el éxito posterior del Quijote. Y al analizar la obra cervantina desde la perspectiva de su tiempo –y no desde la grandiosidad que ha adquirido el Quijote en los últimos siglos–, se descubre el éxito que obtuvieron las Novelas ejemplares (1613) o el Persiles (1617), como demuestran sus continuas reediciones, en contraste con el fracaso editorial de la segunda parte del Quijote (1615), del que solo se hizo una edición, y de la que el editor Francisco de Robles contaba a su muerte en 1623 con más de 300 ejemplares sin vender.
Lucía Megías indaga también en la faceta más íntima de Miguel de Cervantes: su llegada a Valladolid en 1604, la inexistente relación con su hija Isabel, el estrecho vínculo que mantenía con sus hermanas, Andrea y Magdalena, las eternas desconocidas, reivindicadas aquí como parte esencial de su núcleo familiar, el testamento de su esposa Catalina de Salazar, así como los posibles oficios del autor en estos años, destacándose su más que probable relación laboral con el editor de la mayoría de sus obras: el influyente Francisco de Robles.
Una edición, como el resto de volúmenes de la biografía, profusamente ilustrada con la reproducción de fotografías, documentos, manuscritos y abundante material gráfico que permite comprender mejor la época cervantina.
"La plenitud de Cervantes" da cuenta de la última de las aventuras de Miguel de Cervantes, más allá de las quijotescas, rescatando al genio que fue capaz de reivindicarse como narrador y como poeta alegórico y dramático, que gozó del éxito de sus lectores; el Cervantes de siempre, pero con todas sus luces y sus sombras.