"La librería de los rincones oscuros" trata sobre La Muerte de la Literatura, arrasada por la invasión mundial del concepto de “entretenimiento”. Las editoriales tan solo aceptan “novelas para entretener” en vez de “novelas para pensar”, dando pie a una cultura fácil en la que, tras leer un betseller y, al finalizarlo, queda una cruel sensación de vacío, y el cerebro, perfectamente adoctrinado, pide llenar ese vacío con otro betseller de inmediato.
En palabras de uno de los personajes de la novela:
“Argumentos simples, entrelazados de la forma más laberíntica posible -me dijo-, que entretienen a una masa de lectores que serían incapaces de disfrutar de un tratado de filosofía o a un ensayo docto de cualquier materia”. Habían creado una población de clientes adormecidos, una especie de drogadictos de letra impresa, escrita de forma que, una vez terminada, forzaba a las neuronas a buscar de inmediato una nueva dosis de mentiras, de narración dudosa”.
A todo ello hay que unirle una especie de conjura que ha llegado en forma de ebook, estableciendo webs donde se pueden bajar gratuitamente cuarenta mil libros, desde las ancestrales culturas de griegos y romanos hasta la última novedad de la semana anterior. La cultura sin precio, en manos del pueblo es un ideal, siempre y cuando la educación literaria de las masas hubiera sembrado antes nuevos conceptos de lo que “supone leer” y lo que “supone escribir”.
Google ha matado las enciclopedias y la labor de investigación y esfuerzo. Y ha convertido la cultura general en un producto de supermercado.