Castillo vino acompañado de su último poemario, de título “Desierto” y Díez inundó la librería con algunos de sus particulares dioramas. Para disertar sobre el poemario, el público, que llenó el local, escuchó las observaciones de los poetas y editores invitados: José Antonio Olmedo y Gregorio Muelas. Por su parte, Díez fue presentado por Marcos Carrasco, quien puso en valor la creatividad y mordacidad de sus maquetas.
El acto fue muy distendido, ya que se llevó a cabo casi simultáneamente, interactuando artistas e invitados con el público, lo cual devino en un ambiente coloquial y cercano. Castillo leyó algunos de los poemas de su libro y Díez explicó las motivaciones que le llevaron a construir algunos de sus dioramas más emblemáticos, como el ambientado en unos urinarios barceloneses.
Ambos triunfaron en una tarde desapacible climatológicamente que no evitó la sinergia artística y divulgativa de la que el público asistente disfrutó antes de clausurar el acto con un vino de honor.