La Fundación José Manuel Lara, ha presentado en el Circulo de Bellas Artes de Madrid, situado en la calle Alcalá número 42, el libro “Por el gusto de leer a Cervantes”, de Aurora Egido, editado con la colaboración de la Fundación Banco de Sabadell.
En la presentación han intervenido, junto a la autora, la Directora de la Fundación José Manuel Lara, Ana Gavin, que presentó y coordinó el acto; el Director de Comunicación del Banco de Sabadell, Carlos Moyano y el escritor, investigador y filólogo José María Micó.
Fruto de su profunda familiaridad con el universo cervantino, la académica, profesora e investigadora Aurora Egido recopila dieciocho esclarecedores estudios que abordan la figura y la obra del inventor de la novela moderna, textos que conforman un nuevo libro de la Fundación José Manuel Lara, titulado ‘Por el gusto de leer a Cervantes’, que ha sido editado con la colaboración de la Fundación Banco de Sabadell.
La recopilación, dividida en cinco secciones que tratan del «ingenioso Miguel de Cervantes» y de distintos aspectos referidos al Quijote, La Galatea, las Novelas ejemplares y el Persiles, propone una completa panorámica de su producción narrativa y de su recepción posterior, y todo ello sin perder de vista el placer del texto. El libro analiza multitud de detalles reveladores que iluminan el conjunto de la obra cervantina.
Aurora Egido declara: “aparte del libro que publiqué en 2011 sobre El discreto encanto de Cervantes y el crisol de la prudencia y otros anteriores, había ido trabajando a lo largo de dos décadas sobre distintos aspectos relacionados con la obra cervantina que me parecía interesante agavillar, pues, sin merma de cuanto supuso el Quijote, creo que este debe analizarse y entenderse en relación con el resto de sus obras. De ahí que este libro suponga un prisma en el que se analiza, a la luz del ingenio, no solo su obra narrativa, su poesía y parte de su teatro, sino cuanto supusieron algunos capítulos de su recepción posterior”.
“Aunque se trata de trabajos académicos en su mayoría, he procurado que el libro resulte legible para cualquiera que esté interesado en la obra de Cervantes. Ojalá que haya conseguido algo de lo que pretendo decir en él. Me refiero a la capacidad de Cervantes a la hora de hacer fácil lo difícil y de deleitar enseñando”.
“Cervantes inventó en el Persiles un inusitado Museo de lo Porvenir en el que quiso evidentemente que estuviera su obra. Los clásicos tienen el don impagable de saber decir algo nuevo más allá del espacio y del tiempo en el que publicaron sus obras. El caso de Cervantes es paradigmático, pues a despecho de otros autores, como Góngora, ha tenido siempre el aplauso de los lectores, cualquiera que fuese su origen y su cultura. Cada época lo ha hecho de manera diferente y creo que el futuro deparará nuevas e inusitadas lecturas. La variedad de su obra y la universalidad de la misma lo harán posible sin duda. En el presente, no solo aparece como el modelo por excelencia de la lengua española, sino como el creador de la novela moderna. Cualquier narrador actual lo tiene presente, escriba o no en castellano, incluso a la hora de apartarse de su camino como hizo Borges.
“De pequeña me encantaban La Gitanilla y Rinconete y Cortadillo. También para los libros hay una edad. Luego vinieron el Quijote y los Entremeses. Pero a la hora de explicar a Cervantes en clase o de estudiarlo, he terminado por disfrutar de toda su obra, siendo La Galatea y El Persiles los que me han atraído más en los últimos años. Su lectura y su estudio me han servido además como descanso después de dedicarme a autores como Calderón o Gracián. Además en Cervantes he encontrado siempre lo que andaba buscando, pues en su obra está todo”.
“A Cervantes lo puede leer cualquiera. En el fondo, es uno de los autores del Siglo de Oro que necesitan menos notas explicativas a pie de página, pero es evidente que cada uno lo hará desde perspectivas distintas, dependiendo de su bagaje cultural e incluso de su edad”.
“Ahora se suele alimentar a los alumnos con textos fragmentarios o antologías, lo que, en ocasiones, no deja de ser una barbaridad. Pero lo importante es que lean y que el placer por el sosegado y maravilloso silencio de la lectura se convierta en una enfermedad incurable. Yo no empezaría por sus comedias o tragedias ni con El Persiles, pero sí con algunos entremeses, o con alguna de sus Novelas ejemplares, como el Coloquio de los perros, y trataría de que se encandilaran con el Quijote. En tiempos, era obligatorio en la enseñanza media y no se sabe de nadie que padeciera por ello.
“De consejos está lleno el Quijote en el capítulo XLII de la Segunda Parte y, en la mayor parte de los casos, sirven más para el que los da que para el que los recibe. Creo que no hay actitud más individual y libre que la de leer, así que lo más recomendable es que cada uno lo lea como y donde quiera. Desde luego lo haría sin las cautelas del estudioso que se para en cada palabra sin poder avanzar. La lectura por placer es, sin duda, la mejor, la que nos hace salir del espacio en el que vivimos para vivir en el que nos ofrece la literatura. Cervantes se enorgullecía de haber dado en el Quijote pasatiempo. Ahí es nada.
“El Quijote es la obra más leída por su universalidad. Me refiero a que, como trato de mostrar en este libro, Cervantes pretendió hacer con esa obra algo que trascendiera los límites de La Mancha y del reino de Aragón en todos sus sentidos, haciendo que un pobre y ya vetusto caballero acabara con todos los Amadises y Belianises de la historia literaria que le habían precedido. Don Quijote se convirtió así en un héroe moderno. La historia de los caballeros andantes no continuaba con él, sino que empezó una nueva en la que un sujeto en apariencia risible se iría convirtiendo en un ser proteico, capaz de ser leído a nueva luz por generaciones y generaciones. Ya en el prólogo de 1615, Cervantes pretendió que se leyera hasta en la China. Y así ha sido”.
Aurora Egido es catedrática emérita de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza, doctora honoris causa por la Universidad Carlos III, Premio Nacional de Investigación en Humanidades, Académica electa y actual Secretaria de la Real Academia Española.
Miembro Correspondiente de la British Academy y Presidenta de la Asociación Internacional de Hispanistas, ha sido profesora en distintas universidades españolas y extranjeras, así como Vicerrectora de Humanidades en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Entre otras distinciones, ha recibido el Premio «Baltasar Gracián», Les Palmes Académiques y la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha. Especialista en los Siglos de Oro, ha estudiado y editado a autores como San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, Cervantes, Góngora, Gracián o Calderón de la Barca.