El título de “La novela del buscador de libros” puede parecer bastante equívoco. Por supuesto, no es una novela, es un ensayo sobre la pasión por los libros, sobre la pasión de los rebuscadores de libros en las librerías de viejo. Juan Bonilla es un buscador de esos, una persona enfermiza por encontrar libros en los lugares más insospechados, de ahí que se conozca las librerías más insólitas de nuestro planeta.
“El libro es un ensayo pero, también, lo podría calificar de memorias”, dice el autor jerezano en la presentación a la prensa de su nuevo libro, antesala de dos próximas novelas que publicará en otro sello de la editorial Planeta. “Deberíamos diferenciar entre bibliómano y bibliófilo. Yo soy más de lo segundo. Yo soy una persona que ama a los libros aunque tengo que reconocer que algo de enfermizo tengo”, explica con su ligero acento de su ciudad de origen.
Para Juan Bonilla, la búsqueda de libros es “un vicio que nos tiene que apasionar. Y, un deporte también porque hay que hacerse muchos kilómetros aquí y allá, y cargar toneladas de papel para sacar un cuadernito escondido en cualquier rincón oculto. También, tiene algo de narcótico con un punto de estupidez que te hace preguntarte, en serio, ¿para qué quiero yo este libro que ya he leído, solo porque es la primera edición y que es exactamente igual que la segunda que ya tengo?”, explica.
Una de las mayores recompensas de un buscador de libros es cuando rescata libros que están olvidados. “Me gusta descubrir autores tapados o secretos que solo viven en mi biblioteca. En la república independiente de mi casa”, apunta con sorna y añade “hay un libro como Novela de un literato de Cansinos Assens donde se descubren muchos autores interesantes que hoy por hoy están olvidados. Encontrar libros de esos escritores es, para mí, apasionante”.
“La literatura que me interesa es la que está llena de vida. El ejemplo paradigmático es el Quijote, que enloquece por el amor a los libros y a la literatura”, señala Juan Bonilla durante un desayuno de prensa. Aunque, todo comenzó con “Los Cantos de Maldoror” de Lautreamont. “Pere Gimferrer hablaba maravillas del libro y de repente me sacudió esa electricidad de necesitar leerlo. Ahora hay muchas ediciones pero entonces sólo había dos: una argentina y otra española de los años veinte”, recuerda con nostalgia este buscador de libros.
Ha habido muchos libros que se le han resistid,o pero el proceso de búsqueda ha sido muy enriquecedor para él y para otros muchos buscadores impenitentes. “Soy amigo de muchos buscadores legendarios como Abelardo Linares, del que fuí empleado suyo en alguna Feria del Libro en Madrid, Juan Manuel Bonet o Andrés Trapiello. Entre otas cosa, cuento en el libro la extraordinario compra de un ejemplar de la mítica primera edición de España en el corazón de Pablo Neruda que realizó el coleccionista Bill Fisher y que visitó algunos lugares tan exóticos como una librería-burdel de Bogotá y una librería-peluquería de señoras que hay en San José de Costa Rica”, finaliza el escritor y buscador de libros Juan Bonilla.
Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1966). Ha vivido en Barcelona, Madrid, Roma, Londres y Sevilla. Aunque en su bibliografía se hacinan los títulos, él dice que en realidad sólo ha escrito un libro de poemas ––repartido en tres volúmenes hasta hoy–, uno de ensayos ––repartido en cuatro volúmenes–– y uno de relatos––repartido en cinco volúmenes, entre los que está El Estadio de Mármol (Seix Barral, 1995). Además, es autor de las novelas Yo soy, yo eres, yo es (1995), Nadie conoce a nadie (1996), que fue llevada a la gran pantalla por el director Mateo Gil, y Los príncipes nubios (2003), con la que ganó el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Es coordinador de la revista Zut.