“En este volumen se han incluidos historias de hombres y mujeres dedicados a la ciencia que perdieron la vida por alguna razón que merece la pena mencionar”, comenta Eugenio Manuel Fernández en "Eso no estaba en mi libro de Historia de la Ciencia\; la nueva publicación de Guadalmazán.
Y es que la historia de la ciencia atesora muerte por doquier, tal y como revela el autor en esta crónica negra, en la que saca a relucir hechos insólitos que se han omitido o han pasado de puntilla por los libros canónicos dedicados a esta disciplina.
Así, científicos con prometedoras carreras truncadas por experimentos fallidos, desenlaces fatales, tórridos accidentes, asesinatos viles, envenenamientos, ejecuciones, enfermedades exóticas, sobredosis de sustancias, mordeduras de ofidios ponzoñosos, caídas por precipicios y suicidios, entre otras muchas vicisitudes, tendrán cabida en este volumen.
“Ha bastado un instante para cortarle la cabeza, pero Francia necesitará un siglo para que aparezca otra que se le pueda comparar”, comentaba el matemático Joseph-Louis de Lagrange a su colega Jean-Baptiste J. Delambre, tras la ejecución del genio de la química moderna, Lavoisier, en la guillotina.
Un fatal desenlace recogido en este libro al que hay que sumar, entre otros, el de su colega rusa Vera Yevstafievna, que murió obsesionada por una molécula, o el de Karen Wetterhan, experta en intoxicaciones por metales pesados que murió en 1997 tras experimentar con uno de ellos; el mercurio.
Por su parte, Pierre Curie —Premio Nobel de Física en 1903 junto a su esposa Marie— falleció atropellado por un coche de caballos, a los 46 años, y con mucho trabajo por terminar, a diferencia del celebérrimo Arquímedes de Siracusa que murió anciano, pero por una muerte poco natural; pasado a espada por un soldado romano.
En definitiva, Eso no estaba en mi libro de historia de la cienciaes un libro ameno, plagado de casos curiosos, que escrito con sentido del humor, deja constancia de cómo se dejaron la vida científicos y científicas con el propósito, en muchos casos, de alargarnos la nuestra.
Eugenio Manuel Fernández Aguilar es Licenciado en Física y profesor de secundaria en Rota, Cádiz. Ha participado en algunas antologías y, en solitario, ha publicado varios libros de divulgación científica, entre los que se encuentran La conspiración lunar ¡vaya timo!, Arquímedes, Ampère y Boyle.
Es autor del equipo de autores de libros de textos de ciencias de secundaria en Algaida-Anaya y también ha participado en antologías de poesía. Mantiene los blogs Ciencia en el XXI y Ciencia en negro.