FIRMA INVITADA

MADUREZ, TESORO DIVINO

Ben Affleck y Jennifer Lopez

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Begoña Ameztoy | Martes 27 de agosto de 2024
Es muy frustrante comprobar que de cada dos aguacates tengo que tirar uno. Dirás que es fácil conocer el grado de maduración; le quitas el rabillo que tiene en su vértice y compruebas si está verde pistacho o beige amarillento, que sería el momento óptimo para abrirlo en canal. Esa es la teoría, pero tampoco funciona.



La teoría y la práctica van cada una a su bola y a veces hasta se dan por saco. Las apariencias engañan, tío. No es oro todo lo que reluce y la verdad depende del ojo de cristal con que la miras. Si tuviéramos la vista sana y bien graduada no nos la meterían doblada ni con los aguacates ni con la financiación especial de Cataluña. Hay más ejemplos, pero menciono Cataluña porque me parece un comentario de actualidad, inocente y aleatorio. Sin acritud ni mala baba.

Por resolver lo del aguacate, pienso que la maduración no tiene que ver con el color de su pulpa, sino con el rabo. Con perdón y no me malinterpretes. Si te fijas, algunos rabos están como secos, aplastados, rugosos y raros, deséchalos. No aproveches la parte que parece comestible, ni pienses en el dinero que has perdido. Mira Jennifer López y Ben Affleck, les da igual el dinero. Al final se han divorciado después de comprarse un casoplón de 60 millones. Con lo felices que parecían cuando Jennifer le exigió a Ben firmar un contrato prematrimonial que le obligaba a copular ¡todos los días! Seguro que la Jenni tampoco sabía que la maduración del aguacate se mide por el rabo.

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