Blas de Lezo fue un insigne marino de la Armada Española que supo contener y vencer al almirante Vernon en Cartagena de Indias con poquísimos militares. Esa gesta ha pasado del olvido a la memoria en pocos años, concretamente desde que se celebró en 2013 la exposición sobre el teniente General de la Armada en el Museo Naval.
También se han publicado varias novelas sobre el Mediohombre, que así se le conocía por sus numerosas heridas de guerra, referentes a sus gestas y batallas. Las autoras Mariela Beltrán García-Echániz y Carolina Aguado Serrano no se han querido fijar solo en la parte épica del biografiado, también han querido dar a conocer la parte humana y personal del almirante. Han manejado muchísima información y ahora sacan a la luz una carta del hijo de Blas de Lezo donde se cita la ubicación exacta de su enterramiento, hasta ahora sin localizar.
“Blas de Lezo fue enterrado bajo un arco de mármol en el Convento de Dominicos de Cartagena de Indias. Así lo afirmaba su hijo Blas Fernando en un carta fechada en 1773 dirigida al director de la Academia de Guardamarinas de Cádiz, desvelando la ubicación de la tumba del marino de Pasajes, el mayor enigma de su biografía”, han afirmado las dos autoras del libro “La última batalla de Blas de Lezo” que hoy se ha presentado en el Museo Naval de Madrid por el Almirante Director del Órgano de Historia y Cultura Naval, Fernando Zumalacárregui Luxán, y del escritor Lorenzo Silva Amador, además de las dos autoras de la biografía publicada por EDAF.
Han sido cinco los años de investigación por parte de las autoras e historiadoras del arte que fueron comisarias de la exposición “Blas de Lezo, el valor de Mediohombre”, organizada por el Museo Naval en 2013 y que se convirtió en la más visitada de la historia del museo y que dio pié a un movimiento de recuperación del marino vasco, dicha exposición fue mostrada en varias ciudades de nuestro país.
“La última batalla de Blas de Lezo” desmiente muchas de las rotundas afirmación que la historiografía ha atribuido desde hace dos siglos a Blas de Lezo para explorar con rigor la dimensión humana y militar del vasco en su batalla más importante y una de las mayores gestas de la historia militar: la defensa de Cartagena de Indias en 1741”, señala la autora Carolina Aguado en la presentación del libro.
“No hubo prohibición del monarca inglés sobre la información de esta batalla; las medallas, que no monedas, sobre la supuesta victoria británica en Cartagena siguen en circulación y no se retiración y las fuerzas británicas no fueron las mayores de la historia hasta el desembarco de Normandía”, enumeró la historiadora en su afán de desmitificar ciertos hechos y basarse únicamente en lo que fue la realidad.
Por primera vez se saca a la luz el testamento de Blas de Lezo y se muestran documentos hasta ahora desconocidos en manos de algunos descendientes del marino vasco, como las cartas del padre de Blas de Lezo con Josefa Pacheco, que han arrojado información muy valiosa para comprender su biografía.
“La última batalla de Blas de Lezo” arranca con la muerte del marino en su casa de Cartagena de Indias el 7 de septiembre de 1741 para recorrer los hechos que se sucedieron desde su llegada a la plaza americana cinco años antes. En sus doce capítulos y casi seiscientas páginas, analiza el contexto histórico que desencadenó la guerra con Inglaterra y describe minuciosamente el escenario del conflicto.
Se traza un relato pormenorizado de las acciones de combate y de las estrategias de los contendientes, con atención especial a la defensa de las dos fortalezas determinantes para decidir el resultado final —San Luis de Bocachica y San Felipe de Barajas—, incluyendo el análisis y comparación de los testimonios y las experiencias de quienes vivieron la contienda desde dentro, en el bando español y en el británico.
La obra muestra el conflicto de competencias entre Lezo y el virrey, una vez retirada la flota inglesa, y detalla cómo se elaboraron los informes que sirvieron para configurar la versión oficial de la batalla y cuál fue su camino hasta Madrid. A partir de las fuentes documentales se reconstruye también el juicio al que se hubiera enfrentado Lezo, desgranando tanto las acusaciones que se formulan como sus posibles argumentos de defensa. Por último, el recorrido se extiende más allá de la muerte del marino para seguir el rastro de su herencia y la situación de su familia después de 1741.
Para Lorenzo Silva, “la vida de Blas de Lezo está llena de mitos y leyendas. Las autoras han conseguido contextualizar la historia a otros parámetros como el económico. Han desarrollado en más de cien páginas las claves de cómo surgió el conflicto entre ambas potencias. España que quería mantener el monopolio del tráfico con América, por una parte, e Inglaterra que quería tener su parte, por la otra”, explicó de manera clara el escritor madrileño. Además, añadió que “la rivalidad entre el virrey Eslava y Blas de Lezo es tratado de manera realista y convincente”.
“Hemos utilizado todas las fuentes primarias que hemos podido, nos hemos desplazado a 15 localidades para consultar documentos y el resultado es que nos ha permitido conocer al hombre, al padre y al esposo además del militar y el estratega”, señaló Mariela Beltrán. Para esta autora, “Blas de Lezo era una persona acostumbrada a mandar”.
Analizar las diversas fuentes nos ha permitido conocer al hombre, al padre y al esposo además del militar
Licenciadas en Historia del Arte, Mariela Beltrán García-Echániz y Carolina Aguado Serrano forman parte del cuerpo de Ayudantes de museos desde 2003. En la actualidad están destinadas en la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid y en el Instituto de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, respectivamente, pero hasta 2016 sus trayectorias profesionales han corrido unidas. En 2003 encabezaron el equipo que desarrolló el proyecto museográfico para la nueva sede del Museo del Ejército en Toledo.
Tras su inauguración, en 2009 se incorporaron al Museo Naval de Madrid e impulsaron la creación del área de Comunicación, dirigiendo, entre otros proyectos, las exposiciones ‘No fueron solos. Mujeres en la conquista y colonización de América’ y ‘Blas de Lezo, el valor de Mediohombre’, que se convirtió en la muestra más visitada de la historia del museo.
Esta exposición fue el punto de partida para un movimiento de recuperación del marino vasco que continuó en los meses siguientes en toda España, con numerosas iniciativas como la del monumento al marino levantado en la Plaza Colón, en noviembre de 2014, obra del escultor Salvador Amaya, con el asesoramiento histórico de las autoras del libro.
En 2015 se integraron en el equipo de coordinación técnica de exposiciones y publicaciones de la Dirección de Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, donde han permanecido hasta ocupar sus puestos actuales.