"Los tacos de huiltacoche" de Ángel Villazón Trabanco es un libro de adquisición obligada para todos los amantes de los relatos. Escribir es un medio al servicio de un fin, el progreso de la humanidad y con sus escritos el autor del libro cumple con este fin.
"Los tacos de huiltacoche" como libro de relatos es la mejor medicina para el alma. Un libro que nace hijo de la cultura. Una mirada crítica, razonable e ilustrada, que nos hace entender la realidad y nos divierte viéndola.
A través de una concatenación de relatos/estampa, de una forma lúdica, y con un gran contenido sarcástico, se van maridando lo estrictamente literario con la exposición de las viandas más características de México.
Los protagonistas de la acción son una cofradía de demonios subalternos, pero bastante bien organizados, que tienen como último fin, y como naturalmente es su obligación, la corrupción y dominio sobre determinados estamentos sociales.
El marco donde se desarrollan los acontecimientos está ubicado en el ambiente colonial, por lo cual aparecen en él los personajes más característicos de esa época, como el virrey, los nobles, y la inevitable presencia de los eclesiásticos de turno.
El autor se vale del simple artificio de exponer una narración cargada de una soterrada pero evidente sátira social, combinada con una amenidad que se hace muy agradable para el lector.
Se escapa de ser el clásico “libro de cocina”, aunque también aparecen, al final de cada capítulo, las correspondientes recetas culinarias.
Cumple la publicación la doble vertiente de dar a conocer los placeres de la mesa mexicana, divirtiendo.
Es una auténtica delicia leer las aventuras de los pobres diablos.