La Delegación de la Xunta en Madrid/Casa de Galicia acogió ayer la presentación de la novela “El émulo de Reginald Perrin”, de Marcelino Fernández Mallo, publicada por la Editorial Dauro, segunda obra en castellano del escritor y economista coruñés, (ha publicado tres en gallego), narrada a modo de diario, en la que relata el ascenso y caída de Camilo, un hombre en el poder y que tanto por su situación como por su entorno parecía invulnerable.
\nLa presentación del acto la realizó el coordinador de Activides Culturales de la Casa de Galicia, Ramón Jiménez, quien lo hizo en nombre del delegado de la Xunta en Madrid y director de la Casa de Galicia José Ramón Ónega. Intervinieron además del autor Marcelino Fernández Mallo; el director del departamento de Gestión Editorial José Miguel Montalbán; el coach y escritor François Pérez Ayrault; y la profesora titular de Filología Románica de la Universidad Complutense Carmen Mejía Ruiz.
Para Jiménez, Marcelino encontró la inspiración, como empresario que es, en el propio mundo profesional en que se mueve, “tan dado a etiquetarse con nombres propios de depredadores de la marca tiburones o halcones”. También se aventuró a exponer su propia tesis. “Me atrevería a decir que El émulo de Reginald Perrin es una obra que trata de la soberbia, el peor de los pecados, y del telón de fondo de la inseguridad sobre el que se proyecta. Como dijo Teilhard de Chardin: Nunca te tengas por seguro en esta vida”.
Para José Miguel Montalbán “ésta es una novela profunda y enternecedoramente humana”. Como editor no dudó ni un momento en apostar por la obra. Habitualmente le basta con leer unos párrafos para decidir pero con esta quería saber más y lo atrapó hasta el final.
François Pérez Ayrault explicó que El émulo de Reginald Perrin “es la perturbadora historia de un hombre hecho a sí mismo. De un hombre que hizo del éxito su propósito de vida”. El protagonista se autoretrata en su diario de una forma muy gráfica: “Soy un industrial y un hombre de negocios. Mi especialidad es el éxito”. Según Ayrault, “los personajes tienen una complejidad tan notoria, que hace imposible no sentirse identificado con uno, dos, quince o setenta comportamientos o conductas que observamos en ellos”, y añadió que leer El émulo de Reginald Perrin, “es una magnífica oportunidad para leerse a uno mismo, y comprenderse, más allá de las apariencias”.
Para Carmen Mejía, hablar de El émulo de Reginald Perrin de Marcelino Fernández Mallo no es tarea sencilla. La novela “abre muchas ventanas cerradas y explora caminos sinuosos difíciles de llegar a ellos. El lector se encuentra delante del poder, el de Camilo, el del mundo empresarial, que no admite debilidades humanas ni fracasos”. Pero además, Mejía incidió en que el autor “aborda uno de los grandes temas actuales, el de la pérdida de memoria, que le lleva por consejo médico a escribir ese diario que sorprende al lector por lo desgarrador del mismo”. Crudeza y frialdad serán la tónica general de este relato, que esconde la otra faceta de Camilo. A través de otro de los personajes, Inés “descubriremos las debilidades, los miedos y los fracasos del hombre poderoso e inalcanzable”. De esta manera el lector se enfrenta a universos contrapuestos que delatan lo imprevisible de la vida. Es por tanto "una novela llena de incógnitas que el lector debe afrontar y debatir. De ahí el interés por su lectura”.
Por su parte el autor señaló que él mismo fue testigo de una sociedad como la que refleja su libro. “He visto cómo unos cuantos ejecutivos embobaban a toda una sociedad. He visto cómo unas personas sin méritos relevantes, simplemente por una confluencia de circunstancias, se encaramaban a unas posiciones desde las que gobernaron, con nuestra anuencia, buena parte de la dinámica social. ¿Qué circunstancias eran esas? Aquellas que conformaron la gran burbuja en la cual hasta el peor mastuerzo pasaba por ilustrado”.
Para Marcelino Fernández Mallo, gracias a la literatura “somos capaces de proyectarnos más allá de una fachada, podemos superar la visión aparente y superficial que normalmente compramos de la realidad”. Por eso, El émulo de Reginald Perrin “trata de indagar en lo que se esconde detrás de las caras presuntuosas y autosuficientes que normalmente portan los líderes”. El escritor explicó además que Camilo López padece la enfermedad de Pick, una dolencia mental poco frecuente. De hecho, es la disculpa para que el paciente escriba el diario, como terapia prescrita por el médico, un elemento clave que condiciona la estructura de la novela y la propia redacción. Añadió además que cuando Camilo finaliza su relato, “el lector no sabe qué conclusiones adoptar”. Salvando el carácter déspota del protagonista, el resto son dudas. El lector es consciente de la carrera exitosa y del reconocimiento social, pero desconoce los motivos que hay detrás de ese malestar permanente que transmite. En relación al grupo empresarial, también necesita saber qué está pasando. Es ahora cuando aparece Inés, hermana de Camilo, “con la linterna, para alumbrar las múltiples zonas de sombra”.
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