Se ha presentado a los medios de comunicación la obra ganadora del Premio de Novela Café Gijón 2011 que ha recaído en Blues de Trafalgar del escritor sevillano José Luis Rodríguez del Corral. Una novela a medio camino del thriller y la fábula moral, pero sobre todo es contemporánea y muy actual, basada en un hecho real que cambiará las vidas de los protagonistas.
Esta es la quinta novela ganadora del premio Café Gijón que publica Ediciones Siruela, que según la editora Ofelia Grande, “es la obra que ha tenido mejor acogida hasta este momento”. Ofelia presentó al ganador del premio haciendo una breve semblanza de él, “es un autor poco prolífico que ha escrito una novela muy contemporánea con muchas lecturas. Una lectura literaria y otra histórica”, señala la editora. Se nota que la novela la ha gustado.
El título de
Blues de Trafalgar nos trae recuerdos musicales de Pata Negra del
Blues de los niños de su primer disco, al fin y al cabo los protagonistas son cuatro niños ya jóvenes cuyo proceder inconsciente acarrea graves consecuencias a una tercera persona. Los cuatro amigos encuentran en el pueblo gaditano de Zahara de los Atunes, al abrigo de la montaña, un alijo de hachís
. Se lo reparten y eso supone al “bosquimano”, como se conoce al responsable de esconderlo, su secuestro dos años después,que le conduciría a la muerte al no poder hacer frente su familia al pago de lo sustraído.
Los cuatro protagonistas, un escritor que es el que escribe la historia, una diputada, un productor y un arquitecto, todos con ideales sociales, terminan haciendo de sus vidas justo lo que no querían. En cierta forma es la descripción de una izquierda diletante, de señoritos sevillanos que veranean en una población playera lejana de donde viven y que es difícil mezclar en su forma de concebir la vida. Al autor le han comentado que si era “una denuncia de la izquierda andaluza”,pero él no lo ve así, ya que si hubiese querido hacerlo “escribiría un ensayo sin ningún complejo”, matiza el escritor sevillano y añadió que “no me interesa la política, aunque algunos vean esas connotaciones”.
El libro juega con la indefinición moral del daño que se puede causar, por una acción que en sí no tiene “por qué desembocar en ese resultado y que no sabe si en realidad el chico murió por ser ese alijo el que había perdido; es un conflicto potente para desarrollar una novela”, afirma José Luis Rodríguez. Esta novela no es “ni una tesis ni es realismo social”. Es una narración rápida y ágil con un punto lírico y no se recrea en el lenguaje.
El autor ve el texto adaptable para hacer una película, porque: “yo compongo por escenas, es muy visual. Cuando pienso en la novela pienso en las escenas”, explica el novelista. Las chicas que salen en el libro y que el autor conoce no son las políticas, en cambio el periodista es amigo suyo y es el personaje real que fue amigo de la infancia y traficaba con hachís ya en el instituto. Ahora es mayor, con familia e hijos, lo ha querido dejar, pero los negocios o el bar que puso no van bien.
Para José Luis hay una diferencia sutil entre la ficción y la realidad. “En la ficción, sabes cómo empieza pero no cómo acaba. En la realidad, sabes cómo acaba pero no cómo empieza”, afirma. La novela está escrita en primera persona, “comprendí que era un juego más que podría hacerse, pensé en meter más narradores, pero con un único narrador, la novela se hace más subjetiva. El protagonista-narrador es el bueno, el resto son unos canallas que tienen sus justificaciones. El intento de hacerlo convincente en la justificación de cada uno de ellos, le da más fuerza al relato”, explica sobre cómo concibió la obra.
“El premio me parece merecido, y que no me ha supuesto una encrucijada moral el recibirlo”, dice. Aunque considera que “el premio de verdad es el aprecio del público, ese es el primer premio, el dinero es el segundo”, agrega. Explica que su novela tiene varias lecturas, para “un lector mediano ya disfruta de esta novela no necesita un gusto muy definido y ser un lector exquisito. Otro tipo de lector será el que se fije en el tema político que subyace, y otro aún más en la trama y en la historia…”.Por eso el libro no decepciona a nadie, por eso llega a todo tipo de lectores.
Para el autor, “vender libros es un negocio muy bonito y él, que ha tenido librerías,sabe que el público tiene la última palabra. Una vez que el libro está en la calle ni el editor ni el autor tienen ya influencia alguna en el resultado. Una vez que el libro está impreso el lector tiene la soberanía”.
Manifestó estar encantado con el booktrailer del libro que ya está en YouTube. Lo cual le parece que es un invento buenísimo, una buena herramienta y que a él le gusta hacerlo.Ya que hace videos en Sevilla. Su afición por los medios audiovisuales le hace quejarse del comportamiento de la televisión andaluza “los programas que emite Canal Sur son insultantes. No piensan más que en acumular poder y con eso pierden humanidad”, afirma categórico el autor de la novela.
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