El origen de Puente de Vauxhall de Javier Sebastián está quizás en la cultura pop de los años 70 y 80. Las series de humor de TV, como Benny Hill, Los Roper, series larguísimas como Arriba y Abajo, la música pop y las modas de la época, las novelas de John LeCarré o Graham Green, Margaret Rutherford interpretando a Miss Marple y, en ese contexto, por supuesto, la princesa Diana de Gales. La novela ha sido publicada por Ediciones Destino.
La princesa Diana es un personaje del que todo el mundo cree que lo sabe todo: conocemos al personaje público, su timidez, la incómoda familia a la que perteneció, fue la mujer más fotografiada del mundo. Pero eso es solo una construcción. Detrás está la mujer a la que no dejaron gobernar su vida.
La vida de la princesa Diana se resume en su final, como una metáfora. Puente de Vauxhall es una especulación sobre ese final, un cúmulo de preguntas no respondidas invitan a ello. Así pues, el relato es una averiguación llena de secretos, dobleces, medias verdades. Y, sobre todo, sorpresas.
Sobre la esencia de la novela, Javier Sebastián cuenta que "el ser humano es incapaz de no elucubrar acerca de aquellos asuntos que le permiten hacerlo. Aristóteles nos enseña el concepto de verdad poética: contar las cosas no tal como ocurrieron, sino como podían haber ocurrido... Añadamos a eso la verdad histórica, los datos ciertos, la investigación de lord Stevens, las decenas de biografías, informes, documentales. Esa es la esencia de la novela"
El último día de agosto de 1997, día del accidente, se dieron muchas circunstancias inexplicadas: el Mercedes donde viajaban la princesa Diana Y Dodi había sido robado la semana anterior y nadie lo revisó antes de hacer el servicio, todos los radares estaban apagados esa noche a lo largo del trayecto, el chófer Henri Paul llevaba el equivalente a ocho vasos de whisky pero no se le ve tambalearse en las imágenes previas de las cámaras de seguridad del Ritz, además tenía un fajo de billetes en el bolsillo, The Sun publicó una anotación manuscrita de la princesa Diana en la que anunciaba que la iban a matar en un accidente de automóvil, tras el choque en el puente d'Alma tardaron mucho en llevar a la princesa Diana al hospital, el embalsamamiento fue absolutamente irregular y prematuro. Y, naturalmente, había un móvil.
En los meses previos a la muerte de un personaje tan querido, admirado y polémico como lady Di, una intriga inusitada se despliega desde los servicios secretos de inteligencia, el MI6. Por un lado para evitar el viaje de la princesa con su amante y por otro para salvaguardarla de una conspiración contra ella. Una historia sorprendente que se aleja de los caminos más explorados de nuestra narrativa.
Un espía como James Bond es un reclamo espectacular, por lo que contraviene a su propia naturaleza. Es novelesco, o cinematográfico, pero absurdo porque llama la atención. El buen espía es un hombre gris y anodino, quizás ni siquiera demasiado intrépido. Así, una monja de un colegio en Shaftesbury, que además acaba en clausura, y una alumna suya de 15 años pueden ser dos espías perfectas. Sobre todo, si no saben que lo son. Si creen que están haciendo algo muy distinto de lo que en realidad hacen. He aquí una de las claves de Puente de Vauxhall. Dos mujeres, más la narradora, que son utilizadas por el espionaje sin saberlo.
Una novela de espías que no saben que lo son está llena de interrogantes, de omisiones, de revelaciones que se aplazan. Para ganar la implicación y la complicidad del lector, el narrador de Puente de Vauxhall deja espacios vacíos para invitarlo a participar en sus propias averiguaciones provocando que el lector se sorprenda, como los propios personajes de la novela.
La deslealtad siempre nos coge desprevenidos, el engaño, la traición, y no puede ir anunciándose, sino que debe ser repentina. Y debe ser doble y aun triple, como ocurre en Puente de Vauxhall. Y cuando parece que todo está ya dicho, tiene que saltar una nueva sorpresa. Así vivirá el lector Puente de Vauxhall.
Javier Sebastián (Zaragoza, 1962) es autor de las novelas La casa del calor, El hombre constante, Historia del invierno, Veinte semanas y El ciclista de Chernóbil, traducida al italiano, alemán, francés y holandés, incluida en la SWR Bestenliste de Alemania, premio Cálamo "Libro del año 2011" y elegida entre las diez mejores novelas extranjeras publicadas en Francia en 2013 por Courrier International.