Cuando estudiamos la Liga de los Proscritos aludíamos a Theodor Schuster como uno de sus líderes y más activos miembros. En este artículo queremos profundizar en su vida y obra, por su protagonismo en las primeras etapas de la Historia del socialismo, especialmente por la importancia que dio a la ideología en relación con la revolución y el cambio.
Schuster nació en 1808 y fue profesor en la Universidad de Gottingen. Estuvo exiliado en París y allí participó en la formación de la Liga de los Proscritos en 1834 con Jacob Venedey. En el grupo se destacaría por reemplazar a Venedey al frente de la revista de la Liga, cuya cabecera llevaba el título de “El Proscrito”. En esta tarea debemos destacar su labor divulgadora de las ideas de los socialistas utópicos franceses, pero también de las ideas económicas de Sismondi. Este economista suizo comenzó a cuestionar los pilares del liberalismo económico cuando consideró que el mercado por sí solo no aseguraba el pleno empleo. Sismondi no fue socialista, pero sí consideraba la necesidad de que el Estado interviniera para asegurar el bienestar.
Nuestro protagonista también fue partidario de los Talleres Nacionales que el gobierno francés había puesto en marcha a partir de la Revolución de 1848, como un mecanismo para atacar el paro y combatir la desigualdad.
En la publicación de “El Proscrito” mantuvo una polémica con Venedey a propósito del carácter de la revolución. Venedey creía en la necesidad de la misma para acabar con la tiranía y la injusticia, y luego ya se pensaría en la construcción un mundo nuevo, sin precisar los pilares sobre los que se sustentaría. Pero Schuster defendía que era fundamental sentar antes las bases sobre las que debía guiarse la revolución, así como la sociedad nueva que había que crear, basada en la igualdad. Además, los trabajadores debían ser los protagonistas de la revolución. Estaba reivindicando la importancia de la ideología, de la elaboración de ideas, y del debate sobre qué tipo de estado y sociedad se quería establecer, frente a una revolución sin bases ideológicas bien fundadas.
Schuster escribió Pensamiento de un republicano (1835), donde expuso de forma más sistemática sus ideas, con claras influencia de Fourier, pero también del neobabouvismo, una corriente de pensamiento de raíz comunista que se basaba en la Conspiración de los Iguales de Babeuf de la época termidoriana de la Revolución Francesa, y cuyas ideas fueron revitalizadas a partir de los años treinta gracias a Filippo Buonarroti. En la obra se interrogaba sobre la contradicción entre la riqueza del país y la miseria reinante entre la mayor parte de la población. La desigualdad en el reparto de la riqueza era la respuesta, el fundamento de la sociedad capitalista.
Theodor Schuster falleció en 1872.