Así reza la carta que el responsable de Prensa de las Brigadas Internacionales en Madrid, escribe al Presidente del Consejo de Ministros republicano, Don Juan Negrín, fechada en Barcelona, 17 de enero de 1938. (Archivo Juan Negrín-Las Palmas de Gran Canarias).
Es conocido, que la mayoría de los voluntarios de las Brigadas (Sanidad) fueron judíos comunistas (franceses, alemanes, rusos, polacos, palestinos, etc.), y que hicieron una gran labor en defensa de la legalidad republicana y de su Constitución de 1931.
Posteriormente, muchos de los supervivientes, acabaron exterminados en el Holocausto durante la II Guerra Mundial, como nos explica el Dr. Francisco Guerra en su obra monumental “La medicina en el exilio republicano”.
En sintonía con ese antisemitismo europeo, fue la orden Ministerial que se apresuró a firmar y a aplicar el ministro antisemita y fascista, Ramón Serrano Suñer, desde el Ministerio de Gobernación, sobre depuración de médicos judíos (junto a otros colectivos), de 6 de octubre de 1939.
Ahora de nuevo nos encontramos con actitudes de este tipo, antisemitas, relativas al acto vandálico ocurrido en el Cementerio de Fuencarral, sobre las tumbas a dichos heroicos voluntarios que ha sido denunciada por la propia embajada de Rusia en España.
Actualmente, existen leyes que luchan contra esas manifestaciones antijudías, tanto desde España, con el Código Penal, o desde el Parlamento Europeo con la reciente resolución, aprobada en junio del 2017.
Solo hay que tener la voluntad de aplicarlas.
Defender la memoria y honor de los voluntarios brigadistas judíos es hacerlo con la II República y la legalidad de su Constitución de 1931.