EL AMBIGÚ DEL DIRECTOR

La escritora coreana Han Kang se hace con el Premio Nobel de literatura, después de ganar el Man Booker

Iolanda Batallé, Han Kang y Sunme Yoon (Foto: Javier Oliaga).

La escritora que susurraba a sus novelas

Javier Velasco Oliaga | Jueves 10 de octubre de 2024

De la literatura coreana sabemos muy poco, por no decir casi nada. Apenas distinguimos la literatura que se hace a ambos lados del paralelo 40, donde los americanos lucharon durante varios años contra los comunistas del norte. De Corea del Norte es muy difícil que nos llegue algo, salvo sus misiles. De Corea del Sur, más occidentalizada e industriosa, conocemos más cosas, aparte del taek-won-do, que practicaba en mi juventud, y de sus aparatos electrónicos que inundan el planeta, conocemos sus coches y ordenadores y, ahora algo de su literatura, gracias a la escritora Han Kang con la publicación de su libro "La vegetariana".



Con tan solo 54 años, la escritora coreana se ha hecho con el Premio Nobel de Literatura, pasando por encima de escritores consagrados y que también se merecían dicho galardon. Estuve con Han Kang hace siete años cuando presentó en Madrid su novela "La vegetariana"; posteriormente, su editorial española publicaría "Blanco". Se merece el Nobel y los académicos suecos parece que se han quitado las telarañas para conceder el premio literario más importante del mundo.

La editorial :Rata_ parece empeñada en mostrarnos la literatura más vanguardista que se hace en el mundo, incluida nuestra península. Han Kang está en este selecto grupo de escritores que ya forman el catálogo de la editorial catalana. “Cuando compramos los derechos de La vegetariana, hace tres años, todavía no había ganado el Man Booker”, ha dicho la editora Iolanda Batallé en rueda de prensa. Hay que reconocer que la catalana tiene buen ojo para esto de la literatura.

El premio Man Booker es uno de los galardones literarios más prestigiosos del mundo. La vegetariana lo ha ganado con todo merecimiento. Hace diez años, Han Kang comenzó a escribir lo que sería su tercera novela. Cinco años se tardó en traducir al castellano, más bien al castellano-argentino porque la traductora Sunme Yoon, pese a nacer en Corea del Sur, vivió su infancia y juventud en Argentina. La nueva edición de :Rata_ ha sido totalmente revisada y, suponemos, mejorada.

Han Kang nació en la población coreana de Gwangiu pero a los diez años se trasladó con su familia a Seúl, donde reside actualmente. Da clases de escritura creativa en el Instituto de las Artes de la capital de Corea del Sur. La escritora parece salida de las páginas de una historieta manga. Es una escritora que no habla, susurra. A las plantas y a todo lo que se ponga a tiro. En mi pueblo dirían que no la oye ni el cuello de su camisa.

Con ese hilo de voz, nos va hablando en inglés y coreano, el micrófono que la han puesto apenas sirve para hacer entender sus susurros. Si habla así a las plantas, que tanto ama, estoy seguro que se morirán de aburrimiento. Quizá, por eso, la protagonista de su novela quiera convertirse en planta. “La protagonista es una mujer cualquiera, casi sin nombre que no le gusta cómo está funcionando la humanidad y decide retirarse del mundo, retraerse a un espacio solitario, y comienza con el acto simbólico de dejar de comer carne como rechazo a alimentarse de seres vivos”, explica Han Kang en rueda de prensa celebrada en la librería Rafael Alberti. Como si las plantas no fuesen seres vivos que sufren al ser cortadas.

“Decide no pertenecer más a la clase humana y convertirse en planta. Termina ingresada en un hospital y siendo alimentada de forma forzosa. A pesar de que se está muriendo, ella piensa en que se está salvando”, continúa diciendo la escritora coreana y añade “no es una persona desquiciada, sólo que no come carne. En la novela, lo que quiero plantear son las preguntas que se llevan haciendo la humanidad desde el comienzo de los tiempos y por qué anida la violencia en el ser humano.

Para Han Kang, que comenzó en esto de la literatura muy joven escribiendo poesía, cada libro que escribe es para responder alguna pregunta que se hace. En La vegetariana hace lo mismo, “no escribo respuestas, sólo me afano en redondear las preguntas”, señala. En esta novela se afanado con verdadera dedicación.

De manera intencionada, no ha querido dar voz a la protagonista, sólo la podemos oir-leer mediante sus sueños. Las tres voces de la novela son la del marido, la del cuñado y la de su hermana. “Son discursos muy diferentes y contradictorios entre sí”, afirma Han Kang. Así, el lector tendrá que construir el mundo de la protagonista por estos testimonios. “Es una persona muy especial, nada común, realmente, no es fácil comprenderla”, describe la escritora. Los lectores tendrán que sacar sus propias consecuencias.

El libro cuenta con un excelente prólogo del escritor y viajero Gabi Martínez, al que hace escasos días pudimos entrevistar. También, podemos ver unas pinceladas del texto original del libro. El coreano es un idioma fonético aunque pueda parecer ideográfico como el chino. Aunque más bien parece un idioma muy matemático. Han Kang concluye la rueda de prensa expresando que “mi novela no pretende ser un retrato de la sociedad coreana actual. Presento situaciones retorcidas y exageradas a posta. No la escribí pensando en mi país sino en algo más universal”, finaliza la escritora.

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