EXPOSICIONES

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando acoge la exposición “Arte latinoamericano. Una mirada a la colección Costantini”

Annemarie Heinrich (1912-2005), Autorretrato con hijos, 1947. Gelatina de plata sobre papel (Foto: José Belló Aliaga).

Hasta el 2 de abril de 2017

José Belló Aliaga | Viernes 24 de febrero de 2017

La exposición “Arte latinoamericano. Una mirada a la colección Costantini” está comisariada por la crítica de arte y académica Estrella de Diego y presenta una selección de trece piezas de los artistas argentinos Lucio Fontana, León Ferrari, Xul Solar, Víctor Grippo, Lidy Prati, Yente y las fotógrafas Grete Stern y Annemarie Heinrich, provenientes de la colección personal del coleccionista y filántropo argentino Eduardo Costantini, fundador y presidente de MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires.



La exposición está organizada conjuntamente por el Ministerio de Cultura de Argentina, el MALBA y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Doscientas veinte obras de arte latinoamericano
En el año 2001 el empresario y filántropo Eduardo Costantini donó más de doscientas veinte obras de arte latinoamericano, de prestigio internacional, para fundar el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), un deslumbrante museo que exhibe a los más importantes artistas modernos y contemporáneos de América Latina.

Ahora las colecciones de la Academia y de Costantini establecen un diálogo que desborda a cada paso el relato y lo hace más complejo, más rico, enfatizando lo que las une y las separa en un juego de coincidencias y de falsos espejos. En palabras de Estrella de Diego, comisaria de la exposición: “La colección de Eduardo Costantini, que llega de visita, delinea el trascurso con ese entusiasmo infinito que permite a las obras contar la Historia y las historias; entusiasmo renovado para el cual cada nueva pieza adquirida es el tesoro más valioso, pues a través de ella es preciso volver a narrar el relato completo, aprender de las resignificaciones de unas piezas que han estado allí desde muy pronto. Es la cualidad más sobresaliente de la colección: la voluntad temprana y decisiva de su propietario por escoger obras especiales y descubrirlas en su valor antes que el resto de las miradas”.

Baile en Tehuantepec
El encuentro entre ambas colecciones se ejemplifica bien en el cuadro de Diego Rivera, Baile en Tehuantepec, pintado en 1928. Próximo a los maestros del Siglo de Oro español de la Academia, cerca de las pinturas de José de Ribera y Alonso Cano, el colorido cuadro de Diego Rivera habla del juego de ese Barroco español que se engalana y se hace exceso al cruzar el Atlántico y acaba por rebosarse en los muralistas.

Baile en Tehuantepec es uno de los lienzos más imponentes que Rivera pintó en su vida. Muestra una escena de baile sandunga, con seis bailarines en indumentaria de vivos colores y bordados tradicionales. Pintado en la etapa de realismo social del maestro mexicano, se aparta del interés anterior de Rivera por las vanguardias europeas para reivindicar a la cultura de México y su identidad nacional.

En el MoMA en 1930 y en 1950 en la XXV Bienal de Venecia
Se exhibió por vez primera en el MoMA en 1930 y en 1950 fue presentado en la XXV Bienal de Venecia. Tras estar fuera de exhibición en América Latina desde hace más de treinta años, se muestra ahora en Madrid. Fue adquirido por Eduardo Costantini en mayo de 2016 y marcó el récord del arte latinoamericano. Costantini se había enamorado del cuadro veinte años antes y había renunciado a la obra por el precioso Frida Kahlo –las dos piezas suponían un presupuesto excesivo para un coleccionista que entonces no sospechaba siquiera cómo sus obras constituirían un museo tan relevante como el MALBA-. El precio de la obra se había multiplicado más de cinco veces en dos décadas y por eso Costantini pensó que no había que perder una segunda oportunidad.

Eduardo Costantini lo describe así: “Desde hace muchos años sueño con esta pintura de Diego Rivera, para mí el artista más importante en la historia del arte latinoamericano. Tuve que esperar dos décadas para recuperar esta obra histórica, clave del periodo moderno”.

Autor del vídeo y de las fotografías: José Belló Aliaga

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