Roberto Santiago no es un neófito en las lides literarias. Hasta el momento lleva escritos varios guiones de películas y ha publicado unos cuantos libros para el público infantil y juvenil. Su serie “Los Futbolísimos” ha sido un gran éxito de ventas entre la gente menuda. Ahora ha querido dar un paso más en su carrera y se ha lanzado a escribir para adultos. “Quería hacer una novela muy distinta a lo que había hecho hasta el momento”, dice en la presentación a los medios de su inquietante thriller “Ana”.
“Ana” es la gran apuesta de la editorial Planeta para esta temporada. En la editorial están encantados con el resultado final de la novela y las perspectivas que se abren para ella. Antes de su publicación en España, ya habían vendido los derechos de publicación en Francia, Italia y Polonia, además del interés de una productora cinematográfica para hacer una película o serie televisiva. Durante la comida de presentación del libro, la agente de Roberto Santiago, Palmira Márquez de la Agencia Dos Passos, nos sorprende diciendo, como primicia, que hay un nuevo país interesado en la novela, en este caso la República Checa. Por tanto, las perspectivas no pueden ser más halagüeñas. Como dice una de sus editoras Raquel Gisbert: ¡Algo pasa con Ana!
El libro cuenta casi año y medio de la protagonista, justo el tiempo que ha tardado en escribir el libro Roberto Santiago. “Aunque llevo muchos años documentándome para escribirlo, cerca de veinte”, señala el autor. La novela está centrada en el mundo del juego. Su protagonista, Ana, es un personaje acabado que su principal obstáculo es ella misma, ya que está metida en un pozo sin fondo de donde no es capaz de salir, hasta que un fuerte revulsivo aparece en su vida.
“Ante todo, Ana es una novela de personajes, incluso por encima de la trama. Es una historia de David contra Goliath, un juego de perdedores, adictos a la justicia y a la verdad que se enfrentan con una corporación muy poderosa que tiene que ver con el mundo del juego. Se librará una batalla muy desigual, luchando contra el sistema”, explica el escritor. En la novela, el mundo del juego tira de toda la trama. “Todo lo que se cuenta sobre este mundo es absolutamente real y no se había contado nunca”, afirma con rotundidad. Hay que recordar que en nuestro país hay un millón de ludópatas que se les bombardea todos los días en los medios de comunicación. “Es prácticamente imposible ver u oír un partido de fútbol sin que nos metan por las orejas la publicidad de las apuestas”, señala.
Ana es un libro que Roberto Santiago necesitaba escribir. “La protagonista llevaba en mi cabeza dando vueltas incluso antes de comenzar la novela”, dice y añade “todo lo que he escrito anteriormente ha sido un aprendizaje para escribir Ana”. Quizá porque el mundo del juego lo conoce perfectamente. “Lo he conocido en primera persona. Por mucho que venda el libro en España, no podré recuperar lo que he perdido jugando”, reconoce el escritor en su conversación con los periodistas.
“Me alegrará que la novela moleste en este mundo. Ya hay personas y asociaciones de ex jugadores que me está agradeciendo que se escriba sobre el mundo del juego. Mucho de ello, es ilegal, ahora mismo os podría llevar a veinte sitios donde se están celebrando partidas ilegales”, expone con pasión y agrega “me gustaría poner un grano de arena para que la sociedad conozca lo que está pasando en el mundo del juego y de la adicción”. Cree que la novela puede abrir un debate sobre el análisis de cómo se llega a ello. “El adicto tiene un lobo en su interior que no se va a ir nunca, lo que tiene que aprender a convivir con ello”, indica.
“Ana” es una novela escrita en primera persona. Escrita de forma muy personal, de tal manera que le gustaría seguir acompañándola en otros proyectos futuros. “Es una novela de cómo se utiliza el poder contra los más débiles, yo lo que he querido es hacer visible lo que está ocurriendo en este mundo y se consiente desde las altas esferas”, apunta. Por ello, quizá, haya escrito de forma compulsiva durante los últimos meses de creación. “Ha sido como componer una pieza musical. Mucho más importante que la trama son las emociones”, concluye el escritor, que reconoce que escribiendo se sufre mucho, aunque en esta ocasión creemos que ha merecido la pena.
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