En abril de 1985, el poeta uruguayo Mario Benedetti regresaba a su país después de casi doce años de exilio. La dictadura militar instaurada a finales de 1973 tocaba a su fin, y muchos uruguayos debían enfrentarse a la vuelta, a recuperar su vida allá donde la dejaron más de una década antes. Era el tiempo del desexilio, término que el propio poeta acuñó y del que se convirtió en baluarte a través de sus poemas y novelas.
La vida lejos había sido difícil. La vuelta, no iba a ser fácil.
Comienza el periodo del escritor en que su nombre se vuelve universal, a través de sus poemas y de las canciones que los popularizan, de sus colaboraciones con cantantes como Serrat, o Viglietti, que convierten poemas como Táctica y estrategia, No te salves, y otros, en auténticos himnos. A finales del siglo XX, su nombre está intrínsecamente ligado al amor, a la exaltación y celebración del amor, en todas sus formas, al amor a la mujer y al prójimo, el amor al ser humano. Tras su muerte en 2009, y en plena era de las redes sociales, del boom de las frases profundas en 140 caracteres, Mario Benedetti se ha convertido probablemente en el autor más usado en la difusión del mensaje romántico, ya sea con mayor o menor acierto.
Y, sin embargo, el lado más combatiente, luchador, y reivindicativo ha quedado un tanto en el olvido. No deja de ser sorprendente en alguien que luchó con la palabra, ya fuera en prosa o verso, en novela o poema o artículo, contra la injusticia, contra la falta de libertad, y especialmente contra los que hacen de la primera su ley y pisotean la segunda; un poeta que no perdió ocasión de denunciar la pobreza que acuciaba su continente, la marginación a la que Occidente estaba sometiendo a Suramérica, que siempre manifestó y defendió su ideología, alzando la voz ante la maldad humana y, a la vez, proclamando que lo único que podía combatirlo era, precisamente, nuestra humanidad.
Eso parece olvidado.
Parece olvidado que Benedetti huyó de hasta tres países amenazado de muerte, uno tras otro sacudidos por dictaduras militares, dictaduras que asolaron Suramérica durante casi dos décadas (Uruguay, Argentina, Chile…) y que dejaron miles y miles de muertos y desaparecidos, de vidas truncadas y exilios involuntarios. Muchos de ellos no volvieron jamás. Mario sí. Mario volvió para contarlo, aunque nunca había dejado de hacerlo durante sus largos años de ausencia.
El montaje busca recuperar ese Mario Benedetti que nunca se fue, que nunca olvidó. El Mario Benedetti que contó y escribió. "Una mujer desnuda y en lo oscuro" nos presenta a Mario en España, el país que le acogió durante sus últimos cuatro años de exilio, la noche antes de regresar a Uruguay. Con la misma hondura y llaneza de cualquiera de sus poemas, el poeta abre su maleta de recuerdos al espectador, y le lleva a través de un viaje de casi quince años, su viaje. De su voz y de sus versos viajamos al Uruguay predictatorial, a la Argentina de las desapariciones y los secuestros, la Cuba de Fidel Castro y, finalmente, la España de la Transición.
En su viaje, a Mario y al espectador tan sólo le acompañan una maleta. Nuestro único elemento escenográfico son maletas, pues en la vida de un exiliado no hay nada que pueda acompañarte que no quepa en una maleta hecha mal y con prisa.
Emilio Linder es un conocido actor argentino/español de una amplísima trayectoria televisiva, cinematográfica y teatral.
Formado en el Estudio Ángel Ruggiero de Buenos Aires, y más tarde en España en la Escuela de Juan Carlos Corazza, acarrea más de cuarenta años de andadura profesional a sus espaldas. Ha intervenido en largometrajes como La voz dormida, de Benito Zambrano; Carmen, de Vicente Aranda; Carreteras secundarias, de Emilio Martínez Lázaro; La mano negra, de Fernando Colomo; o Los fantasmas de Goya, del ganador del Oscar Milos Forman, entre casi un centenar de títulos.
En televisión le hemos visto en series tan conocidas como “Isabel”, “¡Ay, Señor, Señor!”, “Hermanos de leche”, “Médico de familia”, “Al salir de clase”, o “Hermanos y detectives”, así como en los telefilmes “Desastres de la guerra” de Mario Camus o “Ramón y Cajal”, de José María Forqué.
En teatro ha sido dirigido por Juan José Alonso Millán en “Juegos de sociedad”, por Ángel Ruggiero en “Un tranvía llamado deseo”, Juan Carlos Corazza en “Mucho ruido y pocas nueces”, Indalecio Corugedo en “Yepeto”… mientras interviene en diversos montajes de The Lindsay Kemp Company, o en reconocidas producciones como “Caricias” de Sergi Belbel o “Burundanga” de Jordi Galcerán.
Esther Vega ha intervenido como actriz en dos de la series de televisión más más reconocidas de este país: “Bandolera” y la longeva “Amar es para siempre”.
Formada en la prestigiosa Escuela Karpas Teatro de Madrid, bajo la enseñanza del director y dramaturgo Manuel Carcedo Sama, tiene ya una extensa trayectoria teatral en los escenarios madrileños, donde destacan: “Un juicio de perros” y “El jinete pálido”, para Karpas Teatro; “Hamlet”, bajo la dirección del cubano Giraldo Cárdenas, y “Los miserables”, de Paloma Mejía, ambas para Máscara Laroye, y con las que permanece durante cuatro años en cartel; “Pendientes de saldo”, “De acólitos y cobardes”, y “Héroes de Ray Loriga”, para Quincalla Teatro, compañía de la que es co-fundadora. Con esta última obra es candidata a Mejor Actriz Revelación por la Unión de Actores en 2014.
Mientras protagoniza el cortometraje A los ojos, pendiente de estreno en un Festival Internacional en 2015, desarrolla sus últimos montajes teatrales: “El jardín de Venus”, “Tarde o temprano”, y “Amor oscuro”, sobre textos de Samaniego, Pacheco y Lorca, todos ellos estrenados en el Teatro Fernán Gómez por la productora Arte Factor.
Mario Hernández nace en Almansa (Albacete) en 1988. Ligado desde muy joven al teatro, comienza su formación participando como actor en diversos montajes del prestigioso Teatro Universitario de Alicante, a las órdenes del director y dramaturgo Juanluis Mira. En uno de esos montajes, “Abuelos. Las cerezas de la memoria”, también desempeña funciones de ayudante de dirección de todo un clásico del teatro español, Jesús Cracio.
En esos mismos años, desarrolla una carrera paralela como monologuista, actuando en los circuitos de Café Teatro de Alicante, Valencia, Castellón, y Murcia. Autor de sus propios textos, gana dos Premios al Mejor Texto, en 2007 y 2009, dentro de la Muestra de Autores Contemporáneos.
En 2009 inicia estudios de cine en Ciudad de la Luz, donde se titula en Dirección y Guión Cinematográficos. Dentro de su curso académico, trabaja como ayudante de dirección de la unidad española para el largometraje norteamericano de L.M. Kit Carson, Remember Tomorrow. Su cortometraje de graduación, en 2011, Reina de corazones, es seleccionado en Festivales de México y Uruguay, así como de toda España.
Instalado en Madrid desde 2012, se centra de nuevo en el teatro: dos micropiezas, “Blanco/Negro” (representada con gran éxito en MicroTeatro Por Dinero) y “A los ojos” (cinco meses ininterrumpidos en cartelera), y la obra “Héroes”, adaptación de la novela de Ray Loriga, nominada a Mejor Espectáculo OFF 2013, y que todavía se sigue representando dos años después.
Puedes comprar los libros de Mario Benedetti en: